martes, diciembre 19, 2006

Qué Es Ésto y Para Qué Me Sirve
(un poco de autocuestionamiento para celebrar el cuarto aniversario)

   1. escribo sólo si me apetece, nunca me obligo: incluso esos extractos de libros que suelto, los pongo porque a mí, en ese momento, me parecen significativos, quiero recordarlos y compartirlos.

  2. lo que escribo no tiene importancia ninguna, sólo que me interese y me divierta a mí (y a otras personas también, espero): saberse intrascendente, prescindible, me parece una sensación magnífica (y libre)

  3. no hay más finalidad que la que se observa a simple vista; no tengo ambiciones de escribir nada más que lo que escribo, y en cuanto sienta el mínimo asomo de obligación, lo dejaré y me dedicaré a otra cosa. Una afición es algo muy serio, ocupa tiempo y energía, pero la recompensa se encuentra en la propia dedicación (horas felices de concentración en una tarea que, vista desde fuera, es inútil y sin beneficio ninguno, ahhh)

  4. el entusiasmo es bueno, no quiero retenerlo, ni esperar que se me pase antes de escribir. Pero, aunque no mantenga esa pose de amargada superioridad, que queda tan elegante, tampoco voy por ahí dando saltos de alegría ante el primer lápiz verde que me muestren.

  5. no se puede caer bien a todo el mundo, y menos por escrito: los que creen que eres idiota simplemente pasarán de largo (si se toman la molestia de querer ofenderte, pierden su tiempo). Soy consciente de la impresión que puede sacar la gente, pero no voy a cambiar: la percepción que otros tienen de mí es, en su mayor parte, cosa suya.

  6. nada de querer sentar cátedra, sólo mi opinión sobre cosas que me parecen buenas, que son de mi gusto: de las malas, mejor ni hablar (tener que recordar y analizar libros horrendos y películas estafadoras, sería como tener que volverlos a soportar de nuevo, y con una vez me basta).

  7. siempre hay gente que, cuando surge un nuevo medio de expresión, pretende delimitar qué se debe hacer con él: es tan tonto como decirle al dueño de un cuaderno qué debe escribir o dibujar en él. El cuaderno es mío y haré con él lo que me plazca: no tengo ninguna obligación de ajustarme a los parámetros y cuadrículas que otros tengan en sus mentes. Bastante tengo con mis propias limitaciones, oigan.

  8. un blog es justo lo que andaba buscando cuando lo encontré: un modo de compartir esas opiniones, recortes, enlaces, lo que fuera, que andaba recopilando. Lástima que la mayoría de las personas para las que quería escribirlo no tenían conexión a internet (y, aún hoy, muchas siguen igual); a cambio, he encontrado otras personas que se han interesado en lo que yo tengo que contar y, sobre todo, he encontrado un montón de personas de las que me interesa lo que cuentan (y cómo lo cuentan, y qué les pasa, y cómo les va...)

jueves, diciembre 07, 2006




Cumplimos cuatro años de este cuaderno de bitácora (así empezaba), y lo celebramos con estas pocas flores de buganvilla que sobreviven a los últimos temporales.
un saludo

domingo, diciembre 03, 2006

Tengo la costumbre de hacer acopio de películas para ver en las Entrañables Fiestas, previendo (juiciosamente) que nunca pondrán en la tele nada de mi agrado; y, si lo ponen, o no me enteraré a tiempo, o pondrán tantos anuncios que mi atención entrará en barrena y al cuarto de hora me encontraré mentalmente ausente (en veinte minutos, también físicamente).

Con el tiempo, se ha creado una tradición, en la que hay algunos títulos clásicos (y Entrañables, claro), y también películas que a mí me parecen típicas de la época. Con ánimo de compartir información, y dar ideas, aquí dejo unas cuantas.

1) La princesa prometida (The Princess Bride, 1987). Completamente imprescindible y necesaria para afrontar algunas tardes invernales especialmente aburridas. De paso, recuerdo que Mandy Patinkin, ahora más conocido por aparecer en la serie "Mentes criminales" (como Jason Gideon), será, para muchos de nosotros y para siempre, Íñigo de Montoya.

2) Willow (1988). Supongo que hay una razón generacional para el aprecio que siento por esta película (igualmente para la anterior), pero aún disfruto viéndola y me pone de buen humor: razones de mucho peso.

3) No somos ángeles de Michael Curtiz (We`re No Angels, 1955). Cuando los tópicos empalagosos llegan a estragar el paladar, nada como una buena dosis de humor negro del bueno, con tema navideño de fondo. Y además, es una película muy buena, y Bogart era un gran cómico.

4) La taberna del irlandés de John Ford(Donovan`s Reef, 1963). Más navidades tropicales, esta vez sin humor negro, y sí mucho humor blanco. Todo el encanto de John Ford, en una película considerada menor (todo lo menor que puede ser Él), recomendable para olvidar el clima invernal, y añorar doradas arenas.

5) Me enamoré de una bruja (Bell, Book and Candle, 1958. Todo comienza una nochebuena, en esta comedia ligera con James Stewart y Kim Novak de protagonistas, con acompañamiento de secundarios muy principales, como Elsa Lanchester o Jack Lemon. Hay, además, razones estéticas para verla: no se pierdan el vestuario de Kim Novak, ni el mobiliario y la decoración de las casas (parecen de un suplemento de ayer mismo). Y siempre se agradece reírse un rato, con estas películas de tiempos en que la comedia era más ingenua (pero se mantenía en pie la trama, por inverosímil que fuese).

Si quieren añadirme alguna de las más tópicas, les diré que, de Frank Capra, prefiero ver Un gangster para un milagro(1961) antes que Qué bello es vivir (1946). Un poco de frivolidad, por favor.

sábado, noviembre 25, 2006

Cuando la vida se encendía, en el deseo o en la aflicción, o incluso en la reflexión, los héroes homéricos sabían que un dios les movía. Lo sufrían y lo observaban, pero lo que ocurría era también una sorpresa para ellos. Desposeídos así de su emoción, de sus vergüenzas, pero también de sus glorias, fueron los más cautos al atribuirse el origen de sus actos...
Ninguna psicología ha dado desde entonces un paso más, salvo para inventar, para esas fuerzas que nos mueven, nombres más largos, más numerosos, más toscos y menos eficaces, menos afines a la estructura de lo que ocurre, sea placer o terror. Los modernos están muy orgullosos de su responsabilidad, pero así pretenden responder con una voz que ni siquiera saben si les pertenece. Los héroes homéricos desconocían una palabra tan molesta como "responsabilidad", y no la habrían creído. Par ellos, es como si cada delito se produjera en un estado de enfermedad mental. Pero en este caso esa enfermedad significa presencia operante de un dios. Lo que para nosotros es enfermedad, para ellos es "exaltación divina" (átê). Sabían que esa invasión de lo invisible acarreaba, frecuentemente, la ruina: tanto que, con el tiempo átê pasó a significar "ruina". Pero sabían también, y Sófocles lo dijo, que "nada grandioso se aproxima a la vida mortal sin la átê".



Las bodas de Cadmo y Harmonia, de Roberto Calasso

Un fragmento mayor, aquí

domingo, noviembre 12, 2006

Guía del Comprador Renuente
(recopilación de mis muy personales normas de consumo)

1. Si no tienes espacio donde colocarlo, no lo compres; si ahora no tienes tiempo para leerlo/verlo, espera a tener tiempo antes de comprarlo.

2. Si no lo necesitas, no lo compres (generalmente, no lo necesitas): haz un listado.

3. Ellos quieren tu dinero, no quieren hacerte favores, ni verte feliz: quieren extraerle el jugo a tu cuenta bancaria.

4. No compres para complacer a otras personas, ni para quedar bien con la dependienta, o con tu mamá, o con una amiga: practica el egoísmo, piensa en tu conveniencia.

5. Recuerda que nadie puede obligarte a que compres o consumas algo; como mucho, pueden ponerle dificultades para que accedas a lo que verdaderamente te interesa.

6. La moda no está hecha para nuestro beneficio (ver punto 3). No te conformes con lo que te echen, lucha hasta el final por conseguir lo que te cuadra y te conviene, no lo que la moda impone.

7. En caso de duda, espera un día o dos: no te creas frases tipo "el último que queda" o "la oportunidad irrepetible", son un truco (y suele funcionar). Rara vez te arrepentirás de haberlo dejado pasar, en cambio, todos hemos tenido que arrepentirnos de compras absurdas.

8. Si tu presupuesto es ajustado, elige siempre zapatos de calidad (aunque sean más caros): los pobres no podemos permitirnos comprar zapatos baratuchos. La misma norma sirve para los abrigos, si se vive en lugares de clima frío. Y come (y bebe) siempre de lo mejor que te permita tu bolsillo. Consejo de abuelita patentado.

9. Si entra algo nuevo en tu armario/casa, es el momento de que alguna cosa en desuso salga: el espacio no es elástico, y deshacerse de lo inútil es bueno para el alma.

10. Tira la casa por la ventana si se trata de amigos y personas que quieres: no valen tacañerías, ni tampoco andarles racaneando tiempo y atención. Lo mejor es poco.

(Y ya empieza a agitarse el cebo de la compra compulsiva ante nuestros ojos: las entrañables fiestas cada vez se anuncian más pronto)

jueves, noviembre 02, 2006

Diez horas en un autobús, viajando para asistir a un entierro. El cielo color malva azulado, pero no cae ni gota, las paradas en estaciones que le dan un nuevo matiz a la palabra Desolación. Como dice mi amiga S., cuando la vida tiende al drama, la naturaleza se encarga de poner el atrezzo.
Diez horas dan para darle vueltas a la mollera. Para decirle adiós a los últimos jirones de infancia, dando por acabada una época. Hemos jugado a ser adultos hasta que acabamos siéndolo. Fingiendo ser mayores hemos ido a trabajar, o comprado un coche, o pedido un préstamo en el banco, pensando que tomábamos sólo la apariencia de la edad adulta, que seguíamos siendo chiquillos abrumados dentro de un traje demasiado grande. Pero resulta que no se ensaya para ser mayor, que ya no seremos jóvenes nunca más, que todo ésto iba en serio.

lunes, octubre 16, 2006


Después de una furiosa batalla fueron capturadas tres galeras, incluso la almiranta, que Saint-Clément, el comandante de los Caballeros [de Malta], mandó abandonar mientras escapaba con su tesoro a la costa de Montontichiaro. Sesenta caballeros y hermanos sirvientes fueron muertos o cautivados.
El orgullo de los Caballeros quedó profundamente humillado. Cuando Saint-Clément regresó a Malta estuvo en peligro de ser colgado por el populacho, y sólo pudo salvarse por intervención del Gran Maestre. Fue entonces juzgado por el Tribunal secular, condenado a muerte y estrangulado en su celda; su cuerpo, metido en un saco, fue arrojado al mar. El fracaso, y menos aún la cobardía, no eran jamás perdonadas por los de la Orden.


"Historia de la Piratería. Los Corsarios Berberiscos", Philip Gosse
Cap. III, Los sucesores de "Barbarroja"
--------

Debe haber una relación entre la lectura de sangrientas historias, de preferencia truculentas, y el placer que produce echarse encima una mantita o ponerse el primer par de calcetines del otoño. Se ve que hay historias que sólo se disfrutan en su sazón si se leen con la lluvia golpeando los cristales. Igual que hay novelas que parecen hechas para leerse a bordo de un tren.
Así que, en medio de esta lluvia de costado (porque aquí llueve en diagonal, e incluso en horizontal), es mejor quedarse en casa e ir buscándose acomodo en el sofá.

martes, octubre 10, 2006




todo ésto lo he visto en Baeza, uno de esos lugares donde puedes callejear dos días y seguir encontrando rincones que te sorprenden.

Y también he estado aquí,


en Úbeda, y nada de chistes fáciles sobre aquellos cerros.

viernes, septiembre 29, 2006




Évora, y el Alentejo en general, lugares que les recomiendo visitar. Hay pueblos preciosos, donde te cubren de panfletos en la oficina de turismo, y se ofrecen a explicarte las pinturas de la iglesia. Y también hay lugares más turísticos, donde los autobuses sueltan a los viajeros para el recorrido habitual; pero sigue habiendo cierta tranquilidad y vida propia en cuanto pasa la avalancha. Es bonito, además, practicar un poco el portugués y comprobar que, aquí en el sur del país, mi acento puede pasar, y puedo decir algo más que "bom día" antes de que descubran que soy de fuera.

El otoño se presenta propicio para los viajes.

domingo, septiembre 24, 2006

Las cosas normales, una columna de Antonio Martínez, en el suplemento "Domingo" de El País.
El último párrafo es el que me ha dado la media sonrisa del que concuerda con lo que lee. A veces las obviedades hay que decirlas en voz alta (y las veces que haga falta) para que sean perceptibles. Y dice así:

Después tenemos otra consideración: alguna vez he hecho el ejercicio de salir a la calle en hora punta, en el centro de Barcelona o de Madrid, y contar el tiempo que pasa antes de que me cruce con alguien con el aspecto de Ángel Acebes, Eduardo Zaplana y Mariano Rajoy. A veces quince minutos, a veces media hora, a veces solo los ves en los escaparates. A veces uno se engaña a sí mismo, y le parece que lo que le rodea es lo normal. No, hijo, no. En algún momento hay que desengañarse: el patrón de la humanidad no es uno mismo, y los demas son ejemplares defectuosos de ser humano. No es así. No hay gente normal y gente anormal, ni ideas normales e ideas anormales, paranormales o subnormales. Hay ideas distintas y personas distintas. Lo mayoritario no es lo normal. Es lo mayoritario. Una vez uno asume eso, tiene muchos números para ser, no sólo una persona tolerante, sino incluso, un demócrata. Ánimo.

domingo, septiembre 17, 2006

1) El libro que estaba leyendo ha resultado gustarme bastante, aunque las primeras partes (la cerveza y el vino) me parecieron de un estilo flojo, de divulgación muy ligera, quizás porque no me descubrieron nada que no supiera (y tampoco soy una autoridad en el antiguo Egipto y Mesopotamia). Si ustedes no saben qué es una tablilla cuneiforme, pueden averiguarlo tangencialmente leyendo este libro (aunque seguro que hay maneras mejores de enterarse de cómo se originó la escritura).
Pero, llegando a los licores, el asunto se vuelve interesante, y el capítulo sobre el café como bebida, y los cafés como lugares donde hacer política y negocios, me ha encantado. Seguramente porque no sabía casi nada acerca de los cafés de Londres y París y sus orígenes; un tema de lo más interesante.
Así que, finalmente, me ha parecido un buen entretenimiento y me ha despertado ganas de leer otras cosas.
En esta crítica de El País, en cambio, vienen a decir que no es para tanto.

2) Lo próximo que pienso leer es de Slavoj Zizek y se titula Lacrimae Rerum. Ensayos sobre cine moderno y ciberespacio. Simplemente porque está disponible en la biblioteca pública. En realidad yo buscaba Bienvenidos al desierto de lo real, pero no me voy a ofuscar porque no esté.

3) Esta semana me voy de viaje. Estaré por aquí y espero volver con un tipo distinto de cansancio...

martes, septiembre 12, 2006

"El ron también se volvió popular entre los marineros, y desde 1655 se adoptó como sustituto de la tradicional ración de cerveza en los barcos de la Royal Navy en el Caribe. En un siglo se había convertido en la bebida preferida de la marina durante las travesías largas. Sin embargo, sustituir el habitual galón de cerveza floja y perecedera por la media pinta de ron tuvo las previsibles consecuencias sobre la disciplina y la eficacia, y llevó al almirante Edward Vernon a dictar la orden de que el ron debía mezclarse con dos pintas de agua. Diluir el ron no afectaba a la cantidad total de alcohol consumida, aunque hacía que los marineros tuvieran más inclinación a beber el agua, de otro modo desagradable, disponible a bordo de los barcos. Lo que demostró ser mucho más importante fue la idea de Vernon de añadir azúcar y zumo de lima a la mezcla para hacerla más apetecible. Había inventado un primitivo cóctel que fue bautizado de inmediato en su honor. El apodo de Vernon era Old Grogram, porque llevaba una capa impermeable hecha de grogram, un tejido tosco endurecido con goma. Su nueva bebida pasó a conocerse como grog."...


Tom Standage, La historia del mundo en seis tragos (De la cerveza de los faraones a la Coca-Cola), ed. Debate (2006)
-----------
Añadido: para leer un fragmento mayor.

jueves, agosto 31, 2006

Blogday, una celebración en la que recomendar cinco blogs, una ocasión para echar una ojeada en otros territorios.
En mi caso, elegiré los que últimamente me han atraído fuera de mi senda:

1) gachas at Tiffany's, un blog personal, personalísimo

2) La doceava noche por afinidades

3) mirá!: nuevas tecnologías, arte, imagen, publicidad y lindas estampas.

4) fogonazos: asombros diarios (justo lo que promete)

5) itzpapalotl, siempre me encanta (de encantamiento)

miércoles, agosto 30, 2006

El calor no es un tema de conversación, es una realidad física, palpable, mortal. La sombra misma tiene entidad, cuerpo: sumergirse en una sombra es entrar en otro mundo, con una densidad del aire tan distinta que parecería otro gas, más liviano, más respirable, más alegre.
Cruzar la calle a las tres de la tarde, saliendo a pleno sol, es un ejercicio de convicción, de voluntad, la mente obligando al cuerpo a hacer algo doloroso. Mejor no lo prueben. Sólo para especialistas.
Acabo de llegar a casa, tengan piedad de mí.

domingo, agosto 20, 2006

1) Para que se hagan una idea (si les apetece) del libro que comentaba, dejo un fragmento de Las bodas de Cadmo y Harmonía de R. Calasso.

2) Estoy leyendo Viajeros medievales. Los ricos y los insatisfechos de Margaret W. Labarge (ed. Nerea), y me está gustando: el estilo es ameno, y el tema interesante. Ha sido un hallazgo casual en la biblioteca pública, al buscar otro libro que no encontré. Últimamente confío la elección de mis lecturas un poco al azar. Y no me va mal.

3) Nada que hacer, horarios restringidos, ningún servicio, mucho calor. Esta ciudad a veces me exaspera en su incompetencia, en su limitación. El único cine que queda está en un centro comercial rodeado de nada: hay que ir a propósito hasta allí, juntando voluntad, y luego afrontar la vuelta caminando hasta encontrar dónde tomarse esa cerveza (que te bebes como un dipsómano).
Peor aún es que falle algo y te quedes sin película, después del paseíto: empiezas a poner al cielo por testigo de que nunca volverás a ir al cine, y cosas así.

jueves, agosto 10, 2006

Nuevas maravillas que me han encontrado:

1) Las bodas de Cadmo y Harmonía de Roberto Calasso. Un libro de los que empezaba a echar de menos, tan denso en ideas como interesante: despierta una sensación de sabiduría sin pretenciosidad, de conceptos que se nos van abriendo sucesivamente, sin intentar machacar, sin pesadez. Un verdadero paseo por la mitología griega, el porqué y el cómo de los dioses, de los héroes, su significado más allá de la trama de sus amores y aventuras, más allá de la erudición clásica.
Puede que no interese a todo el mundo, pero, casualmente, a mí me parece un tema fascinante. Me animó a leerlo este comentario en el clavel que se deshoja.

2) Primitivos del futuro es un comentario sobre las ilustraciones (preciosas) en un códice canadiense, y remite a una página (también bellísima) que pienso añadir a mis visitas ahorita mismo: BibliOdyssey. Pueden pasar horas saltando de sitio en sitio, viendo imágenes, dibujos o lo que sea, éso sí.
Todo ello gracias a mirá!, un blog estupendo que, bajo el lema "Para que una cosa sea interesante, basta con mirarla mucho tiempo", nos trae curiosidades e informaciones para los adictos a los estímulos visuales. Y qué buen lema.

miércoles, agosto 02, 2006

Una herramienta útil para publicar textos breves, sueltos o tomar notas, fácil y rápida: Short Text. De momento, he publicado unos extractos del libro 84, Charing Cross Road de Helene Hanff: quedan a disposición de quien quiera leerlos.

Visto en Ramón Buenaventura y luego en Libro de notas.

domingo, julio 30, 2006

El curso del 88-89 es, para mí, el tiempo de los comienzos. La mayoría de edad, recién adquirida, creía yo que me daba un ímpetu especial de persona adulta, lista para tomar decisiones importantes, para romper con los restos de la pegajosa adolescencia y su peso muerto. Empezaba la vida real y estaba leyendo La isla del tesoro
Fue el primer curso en la Universidad, ese centro del saber donde nos abrirían las cabezas como melones para meternos dentro conocimientos elevados, distintos de todo lo que habíamos aprendido antes. En la decepción estaba la semilla de todo lo que aprendí en los años universitarios, las cantinas, los cafés, el cine y las conversaciones largas, larguísimas.
Entablé conversación, por primera vez, con la que luego sería (y sigue siendo) mi mejor amiga, en la cola para matricularnos. Es un gran recuerdo.
Y también recuerdo momentos de felicidad absoluta, inesperada y sin motivo aparente. Una mañana en que tenía un examen, y simplemente me tiré sobre una alfombra a escuchar la radio mientras leía algunos temas, pensando en si me presentaría o no.
A veces la felicidad es el sol en las cortinas, una temperatura suave, estar descalza en una alfombra, y tener conciencia de que eres libre de ir o no ir a cualquier parte.
------------
Toda esta evocación viene de una iniciativa desde Cisne Negro, quien se hunde en la nostalgia del año 1985

Vean la lista de los años evocados, que espero que se vaya ampliando...

viernes, julio 21, 2006

84, Charing Cross Road, Helene Hanff
Permitir que se apague el entusiasmo antes de escribir las alabanzas de un libro que nos está gustando, puede parecer prudente. Pero también es injusto, porque ¿quién es tan avaro de no compartir el entusiamo?
Y así, me he contagiado alegremente, a partir del comentario en Veleidades Vitales. Por esta recomendación, desde este momento, mi deuda con C. Martín (lectora pertinaz) es perpetua.

El libro me ha llegado a las manos justo a tiempo, porque me encontraba en un momento de inercia, abandono e indolencia lectora, como para llamar al alienista más famoso.
Qué maravilla, qué bien comprendo algunas palabras de la señorita Helene Hanff, cómo envidio esa correspondencia, esa amistad en la distancia, esa buena voluntad entre desconocidos, esa perfecta sintonía entre personas que aparentemente sólo establecen una relación comercial. Siempre me ha parecido que un librero es algo más que un vendedor de libros. Ahora lo creo mucho más.

¿Acaso no es hermoso sumergirse en un mundo donde, a pesar de todas las restricciones físicas, se podía mantener una correspondencia con los dependientes de una librería al otro lado del Atlántico e incluso enviarles comestibles para paliar el racionamiento?.
¿No es fantástico unirse al club de admiradores de este libro, que dió fama a su autora por lo que mejor sabía hacer, por leer, nada más y nada menos, (y por escribir cartas a su librero haciéndole pedidos)?

Bien, y ahora tendré que comprarlo. Hay libros que necesito poseer, y éste es uno de ellos: las palabras de sus páginas se han quedado a vivir conmigo. Y en versión original ha de sonar mucho mejor.

14 East 95th St.
9 febrero 1952

INDOLENCIA:
podría PUDRIRME aquí aguardando a que me envíen algo para leer. debería pasar inmediatamente por Brentano, y lo haría sin duda..., si no fuera porque todo lo que busco está agotado.
Puede añadir las Vidas de Walton a la lista de libros que no me envía. Va contra mis principios comprar un libro que no he leído previamente: es como comprar un vestido sin probártelo, pero lo cierto es que aquí no es posible conseguir las Vidas de Walton ni en una biblioteca pública.
Es posible consultarlo, sí. Lo tienen, por ejemplo, en la biblioteca de barrio de la calle 42. ¡Pero no te lo puedes llevar en préstamo!, como me dijo en un tono casi escandalizado la blibiotecaria: tienes que tragártelo allí. sentarte en la sala 315 y leerlo de un tirón, sin poder tomar una taza de café, fumar un cigarrillo o salir a respirar una bocanada de aire fresco.
No importa. Q lo citaba ampliamente, así que ya sé que me gustará. me gustan las mismas cosas que a él..., salvo sus obras de ficción. jamás he conseguido interesarme por cosas que sé que jamás ocurrieron a personas que nunca han vivido.
¿y qué hace usted ahí todo el día, sentado en la trasera de su tienda y leyendo sin parar? ¿por qué no trata de venderle algún libro a alguien?

mis Hanff para usted.
(Soy helene, pero sólo para mis AMIGOS)

p.d. dígales a las chicas y a nora que, si todo va bien, tendrán medias de nailon para esta Cuaresma.

jueves, julio 20, 2006

Está formada en el mismo molde el alma del emperador y el alma del zapatero. Considerando la importancia de los actos de los príncipes, y su peso, creemos que están producidos por motivos igualmente importantes y de peso. Erramos: sus movimientos están guiados e impulsados por los mismos resortes que los nuestros. La misma razón que nos hace discutir con el vecino, provoca una guerra entre los príncipes; la misma razón que nos hace azotar a un lacayo, a un rey le hace arruinar una provincia. Desean con la misma ligereza que nosotros, mas pueden más. Las mismas apetencias agitan a una cresa y a un elefante.

Ensayos. Libro Segundo, XII: Apología de Raimundo Sabunde
Michel de Montaigne
(edición y traducción de Mª Dolores Picazo y Almudena Montojo)

miércoles, julio 12, 2006

Los anuncios se supone que pretenden convencerte de que compres algo o, al menos, dejar asentada en tu subconsciente una imagen positiva del producto, aunque no lo vayas a comprar inmediatamente. Está claro que no todos somos el objetivo al que se dirigen los publicistas: quieren atraer a un determinado público de posibles compradores, de cierto estatus, edad y condición. Así que tengo claro que muchos anuncios, especialmente los de coches, no están hechos para gente como yo (si es que existe tal cosa).

Asumiendo todo esto, hay anuncios que me parecen burdos, mal hechos, o irritantes. Sobre todo cuando exaltan valores que personalmente desprecio, como esos anuncios deliberadamente sexistas en que los hombres parecen subhumanos mientras las mujeres son el prototipo de todo lo que es inteligente, útil y bueno. Valiente timo.

Pero hay una generalidad de anuncios bobos, asentados en tópicos menudos, casi insignificantes, que son como un ruido visual. No son grandes ofensas, pero tiendo a verlas como parte de un bombardeo constante, complaciente con la banalidad, burlándose de toda esa polvorienta cultura, de los viejos edificios y la aburrida música clásica, de la defensa de la naturaleza y sus absurdas causas. Porque lo divertido de verdad, lo que de verdad importa es comprarse un cochecito, no "las gárgolas premedievales", "el minué a tres cuerdas" o "el apareamiento del escorpión bicéfalo", que, además, son cosas que no existen: es una buena manera de ironizar sin mancharse con alusiones directas. Podemos imaginar qué bien hubiera sido recibido el mismo anuncio con las catedrales góticas, la ópera barroca o el lince ibérico. Al menos, a veces, son sutiles.

De esta manera, están consiguiendo que cambie de canal para evitar algunos anuncios (visto el tiempo que ocupan, que es casi todo, es lo normal)

jueves, julio 06, 2006

La verdadera llegada del verano se hace notar: el balance de actividades se reduce a largas siestas y largas veladas en las terrazas. Y así nos quedan por delante tres meses, más o menos. Qué sufrimiento.

martes, junio 27, 2006

A medida que pasaba el tiempo, una y otra vez salpicado por mis vueltas a su Historia, empecé a experimentar hacia él un sentimiento de cordialidad, incluso de amistad. Me resultaba difícil prescindir ya no tanto de su libro como de su persona. Un sentimiento complejo que no sabría describir fielmente, pues se trata de sentirse próximo a alguien a quien no conocemos personalmente y que, sin embargo, nos cautiva y atrae con una actitud hacia los otros y una manera de ser tales que allí donde aparece enseguida se convierte en germen de una comunión entre los hombres, en ese fermento que la crea y cimenta.
Heródoto es hijo de su cultura y de ese clima de buen talante hacia la gente que ésta se ha forjado. Es una cultura de largas y hospitalarias mesas, a las cuales, en tardes y noches cálidas, se sientan muchas personas juntas para comer queso y aceitunas, tomar vino fresco y hablar. Ese espacio abierto, sin paredes que lo limiten, en la orilla del mar o en la falda de una montaña, es precisamente lo que libera la imaginación humana. El encuentro brinda a los contadores de historias una oportunidad para lucirse, para improvisar torneos espontáneos en los que acaban llevando la voz cantante aquellos que saben contar la historia más interesante, relatar el acontecimiento más extraordinario. Los hechos se mezclan con las fantasías, se confunden los lugares y los tiempos, nacen las leyendas y los mitos...

El taller del griego, p. 201

Viajes con Heródoto, Ryszard Kapuscinski (traducción de Agata Orzeszek) Ed. Anagrama, 2006

lunes, junio 19, 2006

He recibido un regalo estupendo, de ésos tan buenos que parecen hechos a medida, de ésos que parecen estar esperándote:


Y todo gracias a esa persona que vive conmigo, y que encuentra en un quiosco, en la otra punta del país, estas dos películas, y me llama por teléfono para preguntarme si las quiero, porque le parece una ocasión estupenda y sabe que me encantan.
Por si alguien puede aprovecharlo, se encuentran al módico precio de diez euros, en una colección llamada "Días de cine".

Especialmente, Las vacaciones de M. Hulot es una película que me hace reír hasta que se me caen lagrimillas y me pone de un buen humor enorme. Genial, original y graciosísima, puedo verla montones de veces, en uno de esos ciclos compulsivos que me dan y me hacen temible (así que el que me compren Dos películas de Tati puede ser aún peor para el donante).

Y es la primera foto hecha con mi nueva cámara que pego aquí. Otra ocasión más que celebrar.

sábado, junio 17, 2006

Vuelves a viejos lugares conocidos y, al pronunciar sus nombres, al hacerlos rodar en la boca, se quiebra una cáscara y despierta la conciencia del recuerdo, que es a la vez extrañamiento: Yo Una Vez Fuí De Aquí.
Es raro el regusto de la toponimia en el paladar.

viernes, junio 02, 2006

Con el pie en el estribo (salgo mañana mismo de viaje, y muy temprano), respondo a otro emplazamiento: desde Doceava Noche, me piden que declare qué trío, de libros, discos, películas, me ha impresionado o me parece más importante en mi vida (que, sin duda, sería inconmensurablemente más triste sin estos tres elementos).

1) La Isla del Tesoro es un libro fenomenal, pero me apetece elegir otro de mis libros fundamentales: Ensayos, de Michel de Montaigne (la traducción y edición tiene que ser la de Mª Dolores Picazo y Almudena Montojo).
Decidir ha sido más fácil de lo que creía, simplemente es el libro que tengo, como reserva, en mi mesita de noche desde hace unos catorce años: cuando no tengo nada que leer, no desespero, tengo a mi Montaigne (y siempre que lo releo me vuelve a encantar)

2) El disco, sin duda, es London Calling, de The Clash. Sin comentarios.

3) La película que siempre me impresiona, y que necesito volver a ver de vez en cuando (para comprobar que me sigue impresionando) es El Padrino. Y es, quizás, la única excepción que admito en mi absoluta convicción de que John Ford Es El Mejor Director Del Mundo. Y Billy Wilder se sienta a su derecha.
(En ésto soy radical)

Se supone que tengo que enganchar a otros tres en esta cadena, así que quedan emplazados Cisne Negro, el señor Otis B. Driftwood, y, además, Carmen, que pueden contestar o no, según les apetezca.

Y ésto me viene muy bien para evitar despedirme a la francesa, así que les digo a todos: Hasta pronto.

viernes, mayo 19, 2006

1) no creo en las Malas Vibraciones (ni, consecuentemente, en las Buenas): si de verdad existiese tal cosa, los motoristas petardeantes que fastidian siestas y noches perfectas de verano, caerían golpeados por una inmensa ola de odio reconcentrado que van levantando a su paso, una ola con la consistencia de un muro. Ídem para los conductores de coches con música a todo volumen y ventanillas bajadas. Y siguen su camino, impasibles, complacidos en sí mismos.

2) el clima es un gran tema de conversación, permite hablar de la actualidad sin agriarse, aportando argumentos, intentando conclusiones; y nos hace sentir parte de cierto saber científico, nos hace creer que sabemos algo del mundo que nos rodea.

3) las visitas en la propia casa tienen el don de modificar la rutina, incluída la de usar internet

4) he recordado algo bueno del tener que atender clases o conferencias por obligación, ahí sentada simplemente escuchando: la imaginación se despereza, se va de viaje y, a veces, vuelve con regalos. He vuelto a llenar los márgenes de las páginas con fantásticos dibujos, he hecho planes de viajes, listas de la compra, propósitos maravillosos. Que no se diga que se pierde el tiempo en una clase aburrida.

5) otro modo de aburrirse es sacarse el carné de conducir; pero es simplemente un mal trago que hay que apurar y luego olvidar. Osea, que nadie guarda recuerdo ninguno del reglamento de circulación que tuvo que estudiar para rellenar un test.

miércoles, mayo 10, 2006

Esta reseña que leí en el utilísimo P. Jorge, me llevó hasta un libro muy interesante, titulado La religión de los samurai de Kaiten Nukariya.

Y ahora, como el libro en cuestión me ha gustado, traigo unos fragmentos (muy personalmente escogidos), por si alguien lo encuentra también interesante. Es una forma de compartir los pasajes subrayados, pero también sirve para no tener que echar mano de la memoria propia para volver a encontrarlos. Así que, queda estibado en la bodega de esta modesta embarcación.

lunes, mayo 01, 2006

Acabo de ver un episodio de C.S.I. Las Vegas (¿Quién mató a Sherlock?) y no puedo dejar de mencionar que una de las referencias que hacen a las historias del Gran Detective es, concretamente, a la que se titula La aventura del puente de Thor (léanla, que es muy buena).
Por lo demás, qué mal parados salen en estas series de tv los entusiastas de cualquier tema, sea el rol, las novelas de Conan Doyle o lo que sea.
Y si alguien se interesa por el Canon o cualquier otro detalle sherlockiano, siempre pueden visitar Eureka, dijo Sherlock, porque cualquier ocasión viene bien para ello.

domingo, abril 30, 2006

Existe un disfrute sutil de las cosas, un disfrute por delegación, que se produce, por ejemplo, cuando se está comiendo una tapa de ensaladilla de gambas y se piensa en cuánto le gustaría a cierta amiga (que se encuentra a quinientos kilómetros de distancia y no se encuentra, por tanto, en disposición de degustarla ahora mismo). Igual vale para un lugar, un paisaje, un suceso o cualquier otra concrección del espacio-tiempo.
También se produce cuando leemos un libro, un relato, un artículo en una revista, y al momento se nos viene a la mente lo interesante que lo encontraría y cómo podría comentarlo una persona concreta, un amigo. Y leemos, disfrutando por delegación, al pensar en el disfrute que le produciría.
Podría ser que estuviéramos desdoblándonos en dos lectores simultáneos, pero a veces creo que, en estos casos, no es uno mismo el que está leyendo: se lee revestido de otra personalidad, que conocemos bien, se lee con otros ojos.
Claro que, igualmente, podría dudar de que fuese yo misma la que el otro día saboreó una tapa, (tan abstraída estaba en lo feliz que le haría a otra persona), por más que fue mi estómago el que la digirió.

sábado, abril 22, 2006

Tengo la teoría de que hay libros que sólo llegan a disfrutarse si se han hecho otras lecturas previas (o se tiene una cierta edad, ciertas experiencias, o lo que sea que le haga a uno menos impaciente y más juicioso, si es posible tal cosa). Igual que hay plantas que sólo arraigan en ciertos sustratos, estos libros sólo echan raíces en nosotros cuando existe el adecuado sedimento.

En cambio, hay otros libros que pueden devorarse en cualquier momento, con cualquier humor y predisposición, a cualquier edad. Y siempre nos agradan. No es mejor ni peor, sólo es diferente.

Así que supongo que todos tenemos nuestros favoritos de ambas clases y supongo, también, que existen Libros Renombrados Que No Hemos Podido Tragar, libros que ejercen una dura resistencia a nuestra voluntad de leerlos.
Puede que no nos cayesen en las manos en el momento adecuado, pero seguro que hay más lectores que no han podido con La Montaña Mágica, con Faulkner, o Los Miserables, o Dostoievski. Y ahora que se va a celebrar el Día del Libro, puede que sea buen momento para confesar que hay libros clásicos, muy recomendados, que encuentro insoportables.

viernes, abril 14, 2006

A partir de una llamada a nuestros orígenes como lectores, a los libros que marcaron nuestra infancia, leída en Doceava Noche, se me ocurre plantear la cuestión aquí, porque soy una sentimental: Qué libros han maravillado mi infancia y juventud (considerando ésta última bastante dilatada, ejem).

1) Kim, de Rudyard Kipling. El libro que te hace desear una vida libre y anarquista, entre las callejuelas de Lahore, y tener a un santón budista por maestro y amigo (y a un tratante de caballos afgano por compinche en el Gran Juego).
La ficción más deliciosa de la infancia. Y uno de los libros que más veces he releído.

2) Las aventuras de Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle. La vida de Londres como un puzzle, la inteligencia como el arma definitiva, empieza la caza, Watson.
El culpable de mi larga afición al género policíaco: el primer crimen no se olvida (fue a los doce años).

3) El señor de los anillos, de J.R.R. Tolkien. El primer libro que deseé no haber leído para poderlo leer, de nuevo, por vez primera. Quince años tenía cuando lo empecé, y cada volumen me duraba un mes, el tiempo justo que tardaba en ahorrar el dinero para comprarme el siguiente.

4) La isla del tesoro, de Stevenson. Un libro que te agarra del pescuezo y te sumerge en la trama, desde la primera página, la del mapa de la isla (porque, ¿quién no ha dibujado alguna vez un mapa del tesoro?)

5) Las paradojas de Mr. Pond, de G. K. Chesterton. El espectáculo puro: el gran prestidigitador saca un conejo del sombrero, pero a veces no es un conejo sino un cocodrilo, o su abuelita. Y lo hace delante de tus narices y avisándote de que todo es, ha sido y será... una paradoja.

Éstos son los libros que, con gusto, recomendaría para leerse antes de llegar a la mayoría de edad. No significa que yo así lo hiciese, pero los consejos se dan cuando ya es tarde para aplicárselos a uno mismo, generalmente.

domingo, abril 09, 2006

Aunque las recomendaciones de mis conocidos tienden hacia Greenday, o Franz Ferdinand (se acercan a mis gustos, pero no dan de lleno), los dos grupos que más escucho últimamente son suecos (el rock en los países escandinavos está muy vivo), y tampoco son novísimos precisamente:

The Hives sacó Tyrannosaurus Hives en 2003, y su recopilatorio Your New Favourite Band en 2001.

El último disco de The Hellacopters es del 2005, Rock & Roll's dead, pero el otro que oigo constantemente es By The Grace Of God (creo que del 2002). Desde luego, no son precisamente un grupo de recién llegados y tienen discografía en abundancia. En su página se pueden escuchar sus alegres cancioncillas.

Y los nombres de ambos empiezan por H. Qué curioso.

martes, abril 04, 2006

El día 2 de abril es el día del Libro Infantil y Juvenil y se me ha pasado completamente. Aunque sea un poco tarde, sigue siendo buen momento para enlazar uno de mis cuentos favoritos (creo que el mejor cuento de animales jamás escrito): Rikki-tikki-tavi de Rudyard Kipling.
De paso, Sredni Vashtar de Saki es un gran cuento con animales, de un estilo bien distinto.

Curiosamente hace tres años recomendé el mismo cuento, por las mismas fechas. Una prueba de la resistencia en el recuerdo de las cosas buenas, por ejemplo.
------------
En The Night of the Hunter sí que saben celebrar las efemérides importantes, a tiempo y comentando Diez Grandes Películas que todos los niños deberían ver antes de los catorce. Recomendaciones como éstas merece la pena apuntárselas: me faltan unas cuantas películas y, ay, tengo más del doble de catorce años.

viernes, marzo 31, 2006

Contemplando las cosas con cierta perspectiva, los inconvenientes del trabajo, los bajos sueldos y otras miserias inherentes al sistema, no son nada, comparados con la posibilidad de tomarse una cervecita en una terraza.
El primer día en que te atreves a llevar manga corta, en que no llevas calcetines gordos. Ese placer del cuerpo reconquistando el aire libre, ese expandirse la piel, respirar los poros, esa voluptuosidad del cambio de temperatura, de luz.
Oler las frutas nuevas en el mercado. Ver mudar de colorido a los maniquíes en los escaparates. Flores, gafas de sol, piernas al aire.
Qué más se puede pedir, si además es viernes.

viernes, marzo 24, 2006

A veces, no apetece leer nada, nada en concreto al menos. Se empiezan varios libros y, sin motivo aparente, se abandonan. Se busca algo distinto de lo que tenemos a mano. Y se entra en el Síndrome del Lector Renuente. Se ojea, se revuelve en el fondo de las estanterías, incluso se busca entre las novedades. Nada.
Sólo queda refugiarse en la literatura policíaca, a la espera de un cambio de viento que nos devuelva el entusiasmo.
Me gusta Lorenzo Silva, y su sargento Bevilacqua (tiene nombre de envenenador del Renacimiento). Ya he terminado El lejano país de los estanques, y llevo empezada La niebla y la doncella. Sospecho que no estoy respetando el orden de las obras, pero creo que tampoco importa tanto. Me gustan esas tramas sin pretensiones de espectacularidad, cotidianas: la ambientación y su verismo son la mitad del interés del género, según yo lo veo.
Hoy por hoy, puede que la Novela Realista sea imposible como tal, pero, en cierto modo, pervive dentro de ese género (de apariencia menor) que se llama policíaco.

viernes, marzo 17, 2006

OTOMO NO YAKAMOCHI (718-785)

kasasagi no
waterasu hashi ni
oku shimo no
shiroki wo mireba
yo zo fukenikeru

cuando miro la escarcha
sobre el puente trazado por el vuelo
de las picazas, sé
que la noche se ha hecho
más y más honda

(Invierno, Shinkokinshû)


La leyenda de Tanabata, de origen chino, narra el amor imposible entre Shokujô, la Dama Tejedora (Vega), y Kengyu, el Boyero (Altair), separados por la Vía Láctea. Los dioses, compadecidos, les conceden reunirse una vez al año: la noche del séptimo día del séptimo mes del calendario lunar. Las picazas tienden un puente con sus alas para que el Boyero pueda cruzar la Vía Láctea y reunirse con su amada.

Cien poetas, cien poemas. Hyakunin isshu. (Antología de poesía clásica japonesa). Fujiwara Sadaie.
Traducción, introducción y notas: José María Bermejo y Teresa Herrero. Ed. Hiperión.

martes, marzo 14, 2006

MINAMOTO NO TSUNENOBU (1016-1097)

yû sareba
kadota no inaba
otozurete
ashi no maroya ni
akikaze zo fuku

anocheciendo
oigo un ruido de hojas
en mi campo de arroz...
en mi choza de caña,
sólo el viento de otoño...

(Otoño, Kinyôshû)


Kokekotoba*: otozurete ("sonido de roce" y "venir a visitar"). Se supone que el poeta está esperando la visita de alguien, pero, en su ansiedad, confunde el sonido del viento sobre las plantas con los pasos de alguien que se acerca.

Cien poetas, cien poemas. Hyakunin isshu. (Antología de poesía clásica japonesa). Fujiwara Sadaie.
Traducción, introducción y notas: José María Bermejo y Teresa Herrero. Ed. Hiperión.
--------------
*Las palabras-eje o kokekotoba son palabras de doble significado, un recurso poético.

miércoles, marzo 08, 2006

Un tópico que hasta escuece tener que reconocer: cuando algo te falta es cuando notas su importancia. Cinco días sin internet (ni ordenador) por culpa de una pantalla que se muere y hay que reemplazar: al fin mi equipamiento entra en el nuevo siglo y abandono el viejo monitor por un tft (ocho años me ha durado).

Unos días en que podría haber leído, o lo que fuese que yo hacía con mi tiempo antiguamente, cuando no tenía ordenador (ni tele), pero el caso es que ni he leído más, ni he hecho nada más que revolverme como fiera enjaulada, e hincharme de ver series en dvd. Hasta he comprado revistas.

También se puede vivir sin microondas. Te fastidia, una vez que te habías acostumbrado a usarlo, pero no es dramático: pones la cazuela a calentar y listo. En cambio, a falta de internet, no hay métodos más rústicos de obtener el mismo resultado. Por aproximación, leerse tres periódicos, un par de revistas, ojear media librería, y hablar de la actualidad (informativa y personal) con veinticinco personas de variado criterio puede dar un resultado parecido. Pero resulta muchísimo más difícil de conseguir, más costoso en tiempo y dinero, a veces imposible.
Así que nos volvemos adictos a la red.

Por otra parte, me pregunto si ésta es la felicidad que dicen depara el consumismo: yo estoy muy feliz con mi monitor requetenuevo, con una sensación de maravilla que recuerdo de los tiempos de deslumbrarse al ver una página web por primera vez, o (más allá) al ver una peli en vídeo, o los efectos especiales allá por los años ochenta. Es bueno descubrir que no estamos ahítos de maravillas.

martes, febrero 28, 2006

sábado, febrero 25, 2006

Precisando

1) Los aniversarios de los sucesos desgraciados no se celebran (o no deberían): en todo caso, se conmemoran.

2) No conozco catástrofes "humanitarias": humanitaria es la Cruz Roja, por ejemplo, y no un terremoto.

3) Cada temporal que nos llega dicen los periodistas que azota la península. ¿No es un poco exagerado atribuírles tanto ensañamiento a unas nevadas?

Y me atrevo a decirlo, porque ya he consultado el Diccionario. Lástima que no tenga a mano el de María Moliner, mi favorito.

miércoles, febrero 22, 2006

Ya no hay vuelta atrás. Es definitivo. He pagado el primer plazo de la autoescuela. Así que, finalmente, voy a sacarme el carné de conducir.
Y hoy he aprendido que no tienen la misma preferencia un jinete a caballo que un vehículo de tracción animal. Y qué hacer si se me cruza un rebaño. Me ha parecido encantadoramente anticuado y rural que me tocase empezar por semejantes asuntos.

Por lo demás, no teman: aún queda tiempo para que inicie mis correrías motorizadas.

domingo, febrero 19, 2006

1) Me ha parecido genial lo que Daurmith comenta sobre House.
Es una serie que me está entusiasmando. No sólo tiene diálogos chispeantes, sarcasmo, inteligencia y viveza, es que además tiene un definitivo aire holmesiano.

2) Underworld Evolution en Moonfleet. Totalmente de acuerdo: a esta película sólo le encontrarán la gracia los que disfrutaron de la primera (y digamos que tiene bastante menos gracia).

3) en Crisei se habla de Buffy y es una adicción extendida y compartida desde aquí: de hecho, tengo en mi haber varios conversos, ahora felizmente enganchados a las maravillas de Whedon.
No se resistan: incluso los más reacios se acabarán rindiendo ante Firefly. Aventura de la buena, naves espaciales, veteranos perdedores, intriga y acción, romance, comedia. Lo tiene Todo.

jueves, febrero 16, 2006

Olympus u mini digital S
Estoy pensando en comprarme esta cámara. No tengo más conocimientos de fotografía que los de haber usado durante años una camarita compacta de las de quitar la tapa y apretar el botón. Vamos, que me limito a disparar.
He visto que aquí se encuentra a un precio asequible. Supongo que es una empresa fiable, pero siempre me gusta aprovecharme de la experiencia ajena: si alguna vez han comprado en la fnac a través de internet, ¿pueden contar cómo les fue?

martes, febrero 14, 2006

Gracias a este comentario, me he enterado de que es posible obtener un número de IBSN. He tardado en ponerme a ello, por pura pereza: he elegido como numeración la fecha de la primera entrada de este blog. Como un cumpleaños.

Vía Apostillas, un lugar donde leer reseñas es un placer.

lunes, febrero 13, 2006

Munich es una buena película. Con buen ritmo, la tensión te mantiene en vilo y la historia es coherente: sobre todo porque las cosas siempre se complican, nada sucede como se planea, surge lo inesperado, y éso es realismo.
No hay buenos ni malos. Cada cual tiene su motivación y, por muy poco que la compartas, puedes entenderla. Se ve qué les impulsa, lo cual no les hace parecer más simpáticos, pero sí humanos.
Y todos los actores, empezando por los secundarios, están más que correctos, con especial mención a Geoffrey Rush. Eric Bana se luce en su papel, lleva el peso de la película, y lo hace francamente bien.

Me ha gustado la fotografía, las luces algo amarillentas en las escenas soleadas, tal como se veía en las películas de los años setenta. Y la ambientación, los muebles, los coches, las canciones, los trajes y peinados: sobre todo me ha gustado cómo aparecen las calles de las distintas ciudades de Europa, con sus gentes y su ambientillo particular (es que en muchas películas americanas, las ciudades europeas parecen un decorado de un parque de atracciones)

De pronto, me ha recordado a una película que me gusta mucho, The day of the Jackal (1973, Fred Zinnemann) : incluso he pensado que Spielberg ha querido rendir su homenaje a esta película, porque ha incluído a uno de sus protagonistas en un papel secundario (Michael Lonsdale como "papa"). La verdad, parece que sí que se ha inspirado en Chacal, no sólo porque está filmada en la misma época que Spielberg quiere retratar, sino también porque coincide en aspectos de la trama, y en lugares donde se desarrolla, aunque en el caso de esta película el suspense se logra con un estilo casi documental. De paso, es una ocasión para volver a ver Chacal

En general, Munich me ha parecido una película entera, bien hecha, con contenido. Vale la pena verla. Y encima es entretenidísima.
--------
Opiniones contrarias pueden leerlas en La remington. Tampoco la pone bien Arcadi Espada. Son personas que escriben bien y suelen tener razón (o razones).

sábado, febrero 11, 2006

1) las previsiones meteorológicas: viernes y sábado de lluvias. Resulta que ha hecho un sol primaveral.
Todo ésto va minando mi confianza, sobre todo desde que los mapas del tiempo en la tele ya no tienen isobaras, altas y bajas presiones, frentes fríos.

2) las mejores películas que he visto, en los últimos tiempos, son El regreso de la pantera rosa (1975) y La pantera rosa ataca de nuevo (1976) de Blake Edwards: de hecho, las he visto seguidas, en una tarde de absurdo subido, en que me reí tanto que casi me ahogo. Tenía recuerdos fragmentarios de haberlas visto en la tele de mi niñez (cuando en la tele ponían pelis y tal) y, por una vez, el recuerdo no ha sido traicionado: siguen siendo tronchantes, sobre todo la segunda, que es mi favorita. El jefe Dreyfus haciendo de supervillano es insuperable.
Recomendadas especialmente para esas tardes de lluvia (tan escasas como las buenas comedias últimamente)

3) cuando acabas de ver una serie, o de leer un libro que te tenía absorbido, la sensación que te queda es triste, una leve desolación, como si hubiesen dejado de fabricar tu helado favorito.
Nada invencible, al fin, sobre todo si es una serie de Joss Whedon, porque puedes verlas varias veces, y siempre ves algo nuevo: y puedes discutir los detalles más insignificantes con otros adictos (y recrearte malsanamente en ello).

4) De Hayao Miyazaki sólo conocía sus dos últimas películas, que me gustaron mucho, y su trabajo en series clásicas de tv. Ahora estoy viendo más obras suyas y descubriendo alguna más de las muchas maravillas que ignoro: son películas hermosas, con un cuidado de los fondos (los paisajes, los edificios, las nubes, los trenes) especial.

5) Este último punto sólo atañe al atractivo de los números primos: cinco, por ejemplo, es un número primo.

lunes, febrero 06, 2006

Viajando

1) las catedrales (e iglesias) de este bonito país tienen siempre unos cuantos retablos horrendos, capillas feas, esculturas roídas y otros muchos añadidos de dudosa calidad, pertinencia o buen gusto. Todo ello compensa la inmensa belleza de los edificios, la grandiosidad de sus proporciones y otras virtudes. Desconozco la moraleja de este asunto (si es que la hay).

2) las tiendas de recuerdos sí que desafían el paso del tiempo

3) es inútil evitar la trillada senda del turista: cualquier visitante de un monumento famoso sigue el mismo rito, da igual las razones que le hayan llevado hasta allí

4) el abandono, los desconchones y los agujeros en las aceras no son pintorescos

5) puede que viajar sea un placer (o una compulsión moderna), pero lo que es un verdadero placer es volver a casa

viernes, enero 27, 2006

Noticias frescas.- Se vende hielo!!

1) Como todos los inviernos, es noticia el frío que hace, la nieve que cae, y muy pronto lo serán los problemas de tráfico que ocasiona este clima tan... ¿cómo llamarlo si no es invernal?. Me recuerda esas noticias, cada vez más frecuentes, de excursionistas rescatados que ni siquiera llevaban una botella de agua, ni un jersey.
Aún hay quien se sorprende de que el clima no se maneje con un mando a distancia.

2) La Sierra de Cantabria no es la misma cosa que sierra cántabra.

3) Los anuncios para promocionar el turismo que viene a llenar las arcas de (algunas personas de) este país: Smile, you're in Spain.
Yo estoy cada día en Spain, y no lo encuentro gracioso. Igual debería estar partiéndome de risa cada día de mi vida.

4) La lluvia hace creer a la gente que ya no hay sequía. Los escaparates hacen creer a la gente que hay dinero que gastar. Los anuncios de préstamos (con usura) hacen creer a la gente.

5) Ver la tele es algo por lo que nos deberían pagar. No al revés.

viernes, enero 20, 2006

Los CINCO primeros libros que pienso leerme este año:

1) La taza de oro, de John Steinbeck (2,95 con el periódico)
2) Un giro decisivo, de Andrea Camilleri
3) El miedo de Montalbano, ídem
4) El peor remedio, de Donna Leon
5) Los crímenes de Oxford, de Guillermo Martínez

De momento llevo mediado el primero. No me está acabando de enganchar, pero es que Steinbeck no ha sido nunca de mi gusto: brillante adjetivación, imágenes hermosas, pero poca sustancia en la trama. Henry Morgan, el famoso pirata y protagonista de la novela, parece tan profundo como un charco y la historia no tiene pizca de emoción.
Este es uno de esos autores en los que otros lectores encuentran algo que yo no percibo: quizás es que no sé ver más allá.

Próximamente, hincaré el diente en unas cuantas novelitas detectivescas, de variado tono, que es lo que me gusta (sobre todo Camilleri, que es un genio del humor, de la trama, del ambiente, de los personajes, del Todo).

viernes, enero 13, 2006

Bien empezamos.
Vuelvo de las vacaciones y encuentro la conexión a internet ruinosa y extraña. La mejor explicación es que mi navegador está destartalado. Por una vez, la culpa de todo no la tiene la empresa suministradora.
Varios días de lucha, con mi torpeza a cuestas, y consigo ver la luz al final del túnel: mil trescientos mensajes de correo me esperaban.
Sería un buen propósito de año nuevo no depender tanto de la maldita computadora. Sospecho que los remiendos no la mantendrán mucho tiempo en marcha.
---------

Mejorando por momentos, veo que Carmen me engancha a una cadena, que es como si me pusiera un collar de flores de bienvenida.
Pero, en vez de hacer una selección de lo mejor del año, que es mucho abarcar, voy a recomendar:

los CINCO últimos libros que he leído:

1) Heike Monogatari
2) Los romanos, Balsdon (ed.)
3) Vida de los doce césares, Suetonio
4) Sátiras y aforismos, Jonathan Swift
5) Diccionario ilustrado de los monstruos, Massimo Izzi (ed. Olañeta)
(es un poco trampa, porque éste es de los que se hojea y curiosea, se picotea en vez de leerlo)

El testigo se lo pasaré (informalmente) a Cisne Negro, Ideas Brillantes, Apostillas y Moonfleet, para que recomienden lo que les plazca del año (ya) pasado. El quinto lugar lo dejo vacante, que lo ocupe cualquier voluntario que aparezca...

(El origen de estos últimos eslabones de la cadena en Almendron)