sábado, junio 17, 2006

Vuelves a viejos lugares conocidos y, al pronunciar sus nombres, al hacerlos rodar en la boca, se quiebra una cáscara y despierta la conciencia del recuerdo, que es a la vez extrañamiento: Yo Una Vez Fuí De Aquí.
Es raro el regusto de la toponimia en el paladar.

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