Vuelves a viejos lugares conocidos y, al pronunciar sus nombres, al hacerlos rodar en la boca, se quiebra una cáscara y despierta la conciencia del recuerdo, que es a la vez extrañamiento: Yo Una Vez Fuí De Aquí.
Es raro el regusto de la toponimia en el paladar.
Hace 2 días
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