viernes, mayo 02, 2014

"Todas y cada una de las páginas son un absoluto milagro", declara Sue Shaw en su despacho de The Type Archive, institución que tiene su sede en una clínica equina reconvertida de Lambeth, al sur de Londres...
¿Qué encontrará el visitante? Un lugar mágico: la historia de la escritura hecha objeto tangible, el nunca homenajeado hardware del idioma. Todo lo que integra el proyecto estuvo algún día inmerso en el fragor del trabajo, los 23.000 cajones de punzones y matrices, cientos de fuentes de todos los tamaños, las prensas planas, 600.000 moldes en cobre, teclados y máquinas para el colado de tipos metálicos, colecciones de tipos en madera y maquinaria de la compañía DeLittle de York, toda la historia metalúrgica e Sheffield, toneladas de artefactos que fabricaron las grandes bibliotecas del mundo. Aquí han terminado tras la llegada de los ordenadores. Ahora, reina el silencio...
Entre los últimos visitantes de The Type Archive se cuenta el departamento de producción de la saga Harry Potter, que acudió en busca de inspiración y olor a tinta. También un nutrido equipo de Google, que se presentó con el objetivo de conocer cómo comenzó su mundo.

SIMON GARFIELD, Es mi tipo. Un libro sobre fuentes tipográficas. Cap. 17, El clamor del pasado.

(Fuentes online y parafernalia en My Fonts)

martes, abril 29, 2014

"Caxton no era un gran tipógrafo. Esa fue una de las principales razones por las que apreciaba a Wynkyn de Worde, el joven que le sucedería al frente de su imprenta londinense. De Worde fue el primer impresor d Fleet Street, donde se instaló alrededor de 1500. Allí comenzó a incorporar una amplia gama de fuentes europeas a sus publicaciones, que no tardaron en conocer la fama. De Worde aprovechó la creciente demanda de ediciones más baratas; así, vendió textos de gramática a las escuelas, a la vez que imprimía novelas, poesía, música y libros infantiles ilustrados para su puesto de libros aledaño a la catedral de San Pablo. Llegado el siglo XVI, sus innovaciones eran imitadas en toda Europa. Sólo habían pasado cincuenta años desde Gutemberg y la revolución del tipo móvil hacía las delicias del común lector y provocaba el recelo de la Iglesia"
SIMON GARFIELD, Es mi tipo. Un libro sobre fuentes tipográficas. Cap. 5, Las manos de los hombres iletrados

(Recordando al protagonista de la novela de Terry Pratchett, La verdad. Wynkyn de Worde. Este detalle me ha hecho muchísima gracia)

martes, abril 01, 2014

El Sr. Penumbra y su librería 24 horas abierta, Robin Sloan
Una de las novelas más divertidas y mejor escritas que me han caído en las manos en los últimos tiempos. Todo ello dentro del género ligero, que es de lo que se trata aquí. También ayuda que trata un puñado de temas que personalmente me interesan mucho. Y que entiendo perfectamente Todas las referencias culturales, es como leer una novela escrita por alguien que conoces o podrías conocer. La familiaridad es lo que te introduce en la trama.
Esta novela te gustará si te encantan los libros, internet, los acertijos, la ciencia, la tipografía y los dragones. Todo ello acaba siendo muy relevante en la trama, y hace que se disfrute extraordinariamente.
Me ha gustado tanto que pienso volverla a leer. Sí.
Y no sé que me pasa últimamente, que todo parece conducirme hacia la tipografía, he pasado por delante de una exposición sobre el tema y me he dicho que tengo que verla. Y además, tenía hace rato en la mesita de noche un libro sobre el asunto, que se titula "Es mi tipo" de Simon Garfield, y de pronto, parece que me está llamando. No voy a fingir que todo sea cosa del universo conjurándose, porque la verdad es que la tipografía me encanta, así que no es tan raro que coincidan unos cuantos libros a mi alrededor sobre el tema.

domingo, febrero 09, 2014

El libro de la Señorita Buncle, D.E. STEVENSON

Primero, aprecio muchísimo cualquier lectura ligera de calidad. No entiendo porqué tiene tan mala fama cualquier libro que sea entretenido, me niego a aceptar el prejuicio contra cualquier cosa que sea divertida, como si la lectura, para ser digna de tal nombre, tuviese que hacerse con un gran esfuerzo y sufrimiento. Menuda memez. La ligereza es un valor en sí misma, lograrla es dificilísimo, y admiro a los escritores que la consiguen. Segundo, este libro es una lectura ligera, pero contiene un juego autoreferencial, del libro dentro del libro, que tiene gracia. Y además, la trama es como de una novela con Miss Marple, con todo ese mundillo rural inglés, pero sin el asesinato. Obviamente, le falta ese fondo oscuro que se desvela a través del crimen en una novela de Agatha Christie, pero se agradece que tampoco resulte intolerablemente clasista o machista (osea, que está ahí, pero se tolera bien, es parte de la ambientación, del espíritu de la época).
De paso me he acordado de un par de novelitas de Anthony Berkeley que leí hace poco, El misterio de Layton Court era la primera, que lo tenían todo, específicamente un clasismo denso hasta la imbecilidad. Vamos, que han envejecido fatal, y ya casi se pueden leer sólo como curiosidad. Hacen que Agatha Christie te parezca especialmente brillante, por contraste, y revelan que donde muchos escritores lo intentaron y ella lo logró.
Volviendo a la Señorita Buncle, me ha gustado y me parece una magnífica lectura para un viaje en tren, por ejemplo. Tiene un sentido del humor sin acritud, casi naïf, todo se desliza alegremente hacia el desenlace, y se lee sin darse cuenta, y casi sin darle importancia. Estupendamente.

viernes, enero 31, 2014

“Siento que he heredado algo que decir y es mi tarea encontrar la forma de contarlo. Me atrevería a decir que todo el mundo tiene algo personal que proyecta una luz preciosa y necesitamos expresarlo. En forma de arte, de una acción, de un momento moral... Todos tenemos un deber absolutamente propio y ese es nuestro cometido en el mundo”
(Entrevista a Mark. Z. Danielewski, por Inés Martín Rodrigo. Abc Cultural, Sábado 7 de Diciembre de 2013)