viernes, marzo 28, 2008

1) Bienvenidos a la fiesta, un lugar excelente para encontrar qué leer, recordar libros que nos encantaron, o simplemente disfrutar leyendo las reseñas: me ha gustado la que trata sobre el William Blake, de G.K. Chesterton, o sobre una de sus novelas, El club de los negocios raros. Es un placer leer comentarios tan bien escritos acerca de Chesterton, que sigue siendo uno de mis favoritos.
Y ha sido su reseña de Vida de Samuel Johnson, de Boswell la que me ha dado el empujón final para interesarme en leer esta obra: es uno de esos libros que aparecen mencionados tantas veces que te parece raro no haberlos leído ya. De paso, unos fragmentos para animarse a ello.


2) gracias a Moonfleet por elegirme entre sus cinco bloggers para una isla desierta, proporcionándome la perspectiva de una nueva aventura marinera y buenas conversaciones: es un honor saberse entre tan buena compañía en la imaginación de Mr. Jeremy Fox.



3) Historia de la Piratería, de Philip Gosse, de la Editorial Renacimiento (Sevilla) viene a ser la reedición en un solo libro de los tomos de la Colección Austral. Siempre es bienvenida la reedición de un clásico descatalogado (aunque es una lástima la calidad del papel), y es una estupenda ocasión para cualquiera que no conozca la obra de conseguirla, al fin, fácilmente: es una lectura ligera, entretenida y con un tono humorístico (que no llega a ser tan negro como podría, con un tema tan favorable para ello).
Otra buena noticia: la misma editorial publica el Quién es quién en la piratería, del mismo autor, dentro de una colección llamada "Isla de la Tortuga" muy recomendable.

martes, marzo 11, 2008

EL DESTINO SIEMPRE TE SALE AL CAMINO (albanés)

Era y no era un viejo que vivía en un pueblo. Trabajaba día y noche, pero no ganaba ni para un mendrugo de pan.
Un día decidió marcharse para averiguar cuál era su destino y le dijo a su mujer:
-Querría irme para averiguar cuál es mi destino, porque así no puedo vivir.
Y ella le dijo:
-Ve.
Y se fue.
Pronto le salió al camino un lobo, que le preguntó:
-¿Adónde vas?
-Voy a buscar al Señor para que me diga cuál es mi destino -respondió él.
-Pregúntale de mi parte por qué, aunque coma más y más carne, nunca me siento saciado.
el hombre siguió camino y llegó a la orilla del mar. Allí encontró un pez enorme que saltó fuera del agua y le preguntó:
-¿Adónde vas?
-Voy a buscar al Señor para que me diga cuál es mi destino -respondió él.
-Pregúntale de mi parte por qué, aunque estoy dentro del agua día y noche, siempre tengo sed.
El hombre cogió al pez y lo tiró de nuevo al mar. Siguió camino hasta que llegó a una taberna y entró para comer un poco de pan.
El tabernero le preguntó:
-¿Adónde vas?
-Voy a buscar al Señor para que me diga cuál es mi destino -respondió él.
-Pregúntale de mi parte por qué, da igual las semillas que plante, en mi huerto no crece nada.
Y el hombre siguió camino, y caminó y caminó hasta que se le apareció un Ángel que le preguntó:
-¿Adónde vas?
-Voy a buscar al Señor para que me diga cuál es mi destino -respondió él.
-Yo soy el Señor -dijo el ángel-. Vuelve a tu casa, que tu destino te saldrá al camino.
-Un lobo me ha pedido que te pregunte por qué, aunque coma mucha carne, nunca se siente saciado -le preguntó el hombre.
-Dile al lobo que hasta que no coma carne humana no se sentirá saciado -respondió el ángel.
-Un pez me ha pedido que te pregunte por qué, aunque está dentro del agua día y noche, siempre tiene sed.
-Dile al pez que hasta que no expulse la piedra preciosa que tiene en el estómago, siempre tendrá sed.
-Un tabernero me ha pedido que te pregunte por qué, da igual las semillas que plante, en su huerto no crece nada.
-Dile al tabernero que hasta que no desentierre un tesoro que hay en su huerto no crecerá ninguna semilla que plante.
El ángel se fue y el hombre emprendió el camino de regreso. LLegó a la taberna y le dijo al tabernero:
-He hecho lo que me pediste, y el ángel me dijo que hasta que no desentierres un tesoro que hay en tu huerto no crecerá ninguna semilla que plantes.
-Ayúdame a desenterrar el tesoro -dijo el tabernero-. Te daré la mitad.
Pero el hombre dijo:
-No lo haré, me voy porque mi destino me saldrá la camino.
Así que se fue y llegó al mar donde estaba el pez.
-He hecho lo que me pediste, y el ánel me dijo que tienes una piedra preciosa en el estómago y hasta que no la expulses no dejarás de tener sed.
Y el pez se arrastró por la orilla hasta que expulsó la piedra preciosa.
-Coge esta piedra, con ella te podrás comprar un reino entero -le dijo al hombre.
-No lo haré, me voy porque mi destino me saldrá al camino.
Y dejando allí la piedra preciosa, siguió su camino hasta que llegó adonde estaba el lobo.
-He hecho lo que me pediste y el ángel me dijo que hasta que no comas carne humana no te sentirás saciado.
Y el lobo se lo comió. Y el hombre encontró su destino en el camino.


Cuentos populares del Mediterráneo, edición de Ana Cristina Herreros (Siruela)