viernes, mayo 02, 2014

"Todas y cada una de las páginas son un absoluto milagro", declara Sue Shaw en su despacho de The Type Archive, institución que tiene su sede en una clínica equina reconvertida de Lambeth, al sur de Londres...
¿Qué encontrará el visitante? Un lugar mágico: la historia de la escritura hecha objeto tangible, el nunca homenajeado hardware del idioma. Todo lo que integra el proyecto estuvo algún día inmerso en el fragor del trabajo, los 23.000 cajones de punzones y matrices, cientos de fuentes de todos los tamaños, las prensas planas, 600.000 moldes en cobre, teclados y máquinas para el colado de tipos metálicos, colecciones de tipos en madera y maquinaria de la compañía DeLittle de York, toda la historia metalúrgica e Sheffield, toneladas de artefactos que fabricaron las grandes bibliotecas del mundo. Aquí han terminado tras la llegada de los ordenadores. Ahora, reina el silencio...
Entre los últimos visitantes de The Type Archive se cuenta el departamento de producción de la saga Harry Potter, que acudió en busca de inspiración y olor a tinta. También un nutrido equipo de Google, que se presentó con el objetivo de conocer cómo comenzó su mundo.

SIMON GARFIELD, Es mi tipo. Un libro sobre fuentes tipográficas. Cap. 17, El clamor del pasado.

(Fuentes online y parafernalia en My Fonts)