domingo, junio 29, 2008

1) En Sevilla, la calle Zaragoza tiene dos puntos de gran interés para mí: la librería de cómics, y parafernalia relacionada, Nostromo, y la heladería La Fiorentina, donde despachan con amabilidad mi helado favorito del mundo (en este momento al menos, porque el mundo es muy grande e ignoto), de limón con hierbabuena.

2) Hay lugares en el Algarve que, al contemplarlos, me viene a la cabeza la idea de que hay personas que pagarían (y, de hecho, pagan) por estar ahí mismo, donde estoy ahora. Y es un pensamiento poco elevado, pero no me alcanza el orgullo de los privilegiados tan a menudo, oigan.

3) Hay pocos placeres como estar de vacaciones un día laborable, porque todo lo agradable que estamos haciendo se multiplica, porque el cuerpo sabe todo lo que No está haciendo: el cuerpo sabe que no ha madrugado, que no ha estado horas bajo las luces fluorescentes de las oficinas, que no ha estado tensando la espalda y las cervicales, los codos y los hombros, y callándose la boca, para ganarse el panecillo de cada día. El cuerpo lo sabe, y se esponja, y lo agradece. Y yo que, incidentalmente, participo de las bondades de estar viva dentro de este cuerpecito, me alegro mucho.

1 comentario:

malatesta dijo...

Lo que me asombra siempre que estoy de vacaciones un día laborable, es la cantidad de gente que no tiene que trabajar. Jubilados, amas de casa, vagos en general... Jodíos.