1) Los sábados compro dos periódicos: tres euros me dejo en el quiosco (también compro el pan). La culpa de este incremento en el gasto la tiene mi poca conformidad con el suplemento cultural que habitualmente leía (muy desvaído). No he sustituído un periódico por otro, simplemente he ampliado mi repertorio, en busca de algo más. Para una persona tan aficionada a la repetición de rutinas como yo, esta variación es importante, casi radical. Significa que cada vez tolero peor esos ángulos ciegos que produce leer sólo un lado de las cosas. Y que me he acostumbrado a internet.
2) Las ovejas de Glennkill, de Leonie Swann, es un buen entretenimiento para los que gustamos de la novela detectivesca de estilo whodunit, que es un género nada agotado si se cuenta con un punto de vista original. El hilo de la historia sigue siendo "quién mató a George", pero es una excusa: lo que importa es el retrato de un lugar, un ambiente, un rebaño.
Una reseña en P. Jorge que puede animarles a leer este libro: conmigo funcionó.
Hace 1 semana
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