miércoles, marzo 30, 2005

Mientras mi ordenador estaba en el taller:

1) he echado mano de las viejas colecciones de vídeo: me he visto tres temporadas de Doctor en Alaska y voy por la mitad con la trilogía de El Padrino. Está muy bien contar con una reserva de películas y series para estos casos (aunque espero que no se repitan)

2) También me he dedicado a los clásicos gracias a la biblioteca pública, con Corto en Siberia. De paso, también he estado releyendo Blandir la espada, de Richard Cohen, que es un libro que no sé porqué no me he comprado aún, considerando las veces que lo voy sacando prestado y cuánto me gusta.

3) Además, mi afán por hacer acopio, me ha llevado, incluso, a hacer compras (que no puedo permitirme, como todo en la vida). La culpa de todo la tiene la librería Nostromo de Sevilla (c/ Zaragoza, 11), que es la perdición completa. La mazmorra, que codiciaba hace tiempo, al fin es mía (al menos en parte). Y también ha caído Usagi Yojimbo, con la espada Segadora. Ah, me siento como un avaro contando las monedas de su arca, como el mismísimo Gollum.

4) De propina, un pastiche holmesiano, Elemental, querido Chaplin, de Rafael Marín, autor también de la famosa bitácora Crisei. Una lectura muy entretenida, llena de guiños literarios y cinematográficos, con un espíritu divertido y con verdadero entusiasmo por las obras clásicas de misterio. Es un libro que he leído de un tirón y me ha dejado de un humor excelente, que es justo lo que necesitaba. Lo recomiendo a todos los que busquen lo mismo.

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