viernes, julio 30, 2004

De ello resulta el fanatismo -tara capital que da al hombre el gusto por la eficacia, por la profecía y el terror-, lepra lírica que contamina las almas, las somete, las tritura o las exalta... No escapan más que los escépticos (o los perezosos y los estetas), porque no proponen nada, porque -verdaderos bienhechores de la humanidad- destruyen los prejuicios y analizan el delirio...
En cuanto eleve la voz, sea en nombre del cielo, de la ciudad o de otros pretextos, alejaos de él: sátiro de vuestra soledad, no os perdona el vivir más acá de sus verdades y sus arrebatos; quiere haceros compartir su histeria, su bien, imponérosla y desfiguraos. Un ser poseído por una creencia y que no buscase comunicársela a otros es un fenómeno extraño en la tierra, donde la obsesión de la salvación vuelve la vida irrespirable...
Me basta escuchar a alguien hablar sinceramente de ideal, de porvenir, de filosofía, escucharle decir "nosotros" con una inflexión de seguridad, invocar a los "otros" y sentirse su intérprete, para que le considere mi enemigo...
 
Breviario de podredumbre, E. M. Cioran
(un fragmento más amplio aquí)

No hay comentarios: