El caso es que me encantaría poder seguir comentando los libros que leo o las cosillas que me llaman la atención, pero, por desgracia, no puedo dedicarme casi a cosas agradables, porque estoy demasiado ocupada estudiando (o poniéndome de los nervios). Y lo malo de tanta seriedad y tanto estudio, es que mis temas de conversación se están limitando a "el estrés no es tan malo, excepto si no puedes respirar" o "la ley del gobierno no es tan mala, excepto si intentas comértela". Vamos, que tengo el famoso síndrome del opositor desencajado, que sobrellevo con cierto humor (negro)... así que no esperen que escriba mucho en los próximos meses. Ya veremos...
Hace 2 días
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