miércoles, junio 11, 2008

Confieso que me encantan las papelerías, y toda la parafernalia de escritorio, así que suelo tener un surtido de cuadernos variado. Pero la libreta clave, la esencial, debe ser de un tipo especial. Manejable, flexible, tamaño mediano, que quepa en bolsas y carteras, versátil, resistente. Qué difícil todo ésto, cuántos intentos fallidos cada vez que toca reponer la libretita (las viejas nunca se tiran, ni hablar; se guardan religiosamente)

Y luego están las cosas que se anotan:

1) libros, muchos libros, cómics también; a veces con sus autores y editoriales, otras veces fragmentos del título porque se ignora lo demás y se espera poder reconstruirlo.

2) canciones, oídas en un anuncio, en una radio, en un trozo de película visto al azar; canciones que probablemente no son las que yo creo, pero me proporcionarán mayor alegría aún cuando consiga encontrarlas.

3) frases, consignas, sentencias, en un cartel, en un libro, pintadas en una pared

4) recetas de cocina, la dirección de una librería o un hotel, listas para el equipaje, boletines oficiales, el precio de una camisa

5) búsquedas que me encargan amigos y conocidos que no tienen internet, desde vuelos baratos a libros sobre hadas

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo múltiples libretas también de todos los tamaños y colores pero me da pena pintarlas, así que mucho de lo que escribo es en papeles viejos que luego digitalizo al pc. Me encantan los comics, tengo verdaderas joyas como tbos encuardernados de los años cincuenta. Un besote.