Algunos efectos (curiosos) que me produce la publicidad:
1) no entiendo el anuncio, y si me lo explican es peor aún, supongo que porque no soy el objetivo de la campaña, ya que ni sé conducir, ni soy un sueco de cincuenta años, por ejemplo.
2) me entran unas locas ansias consumistas, pero no del producto en cuestión: hablan del síndrome de Stendhal, en el comercial de un coche, y me dan ganas de sacar billetes para Florencia, ya mismo. Lo normal, por otra parte.
3) la calidad técnica del anuncio es tan excelente que me hipnotiza, lo encuentro tan bonito que no soy capaz de fijarme en qué están anunciando. Peor aún, cuando me fijo y resulta que era cualquier memez, un aparato de aire acondicionado.
4) la música está sacada de la banda sonora de una película, lo sabes, y te obsesionas intentando averiguar el título: era "In the mood for love", y ahora cada vez que sale el anuncio te entra melancolía.
5) veo los avances de una película tantas veces que ya me parece que la ví entera, así que se me quitan las ganas de ir al cine. O resulta que el avance era tan bueno y la película tan mala, que me pregunto porqué no contrataron al director del tráiler para hacer la película
Hace 1 semana
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