De nuevo, me he quedado sin conexión otra temporada. Esta vez no fue por falta de línea (bendito sea el cable, que puntualmente me cobra sus facturas, dos meses por adelantado). Es que el disco duro del ordenador ha muerto y he tenido que reemplazarlo.
¿Han tenido alguna vez la sensación de que los objetos menudos de la vida cotidiana conspiran contra nosotros?. Digo, además de las compañías suministradoras del agua, gas y electricidad, los ayuntamientos, las compañías de autobuses y trenes, los programadores de la tele....
Nota: los comentarios que tenía también han desaparecido, me he cansado de luchar con ellos, así que me he rendido a los que pone blogger, y que los dioses nos asistan.
Hace 1 semana
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