jueves, enero 09, 2003

He vuelto a leer "El Señor de los Anillos": así, he descubierto que cuando lo leí por primera vez, con quince años, era más sensible a la épica, a las grandes luchas, a la aventura. Ahora me parece un libro lleno de desencanto y tristeza, de un mundo que agoniza, de personajes que saben que, incluso cuando triunfen sobre el mal, no podrán disfrutar de su triunfo. Pero tiene un mensaje de una moralidad casi existencialista: cada uno tiene que hacer lo que tiene que hacer. La moral de la acción, como en R.L. Stevenson.
Otra cosa que me ha hecho pensar: la nostalgia por el ordenado mundo campesino inglés, las virtudes de la vida sencilla, sin complicaciones, del pequeño propietario rural. Algo que también se encuentra a menudo en G.K. Chesterton, que es contemporáneo de Tolkien.
Supongo que podrían hacerse muchas otras comparaciones. Quizás otro día.

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