Ha venido de visita mi amiga C. y he pasado casi dos días hablando con ella, para aprovechar. Y es que tampoco encuentro a mi alrededor tantas personas con las que pueda conversar de tantas cosas, de cualquier cosa, sin el temor de resultar pedante, o demasiado superficial, o aburrida, o idiota...
Se vuelve difícil encontrar gente con intereses comunes, o con algún interés en escuchar y explicar novedades, libros, descubrimientos, películas, imágenes, pensamientos o lo que sea. Todos preferimos, en realidad, algo más ligero, que nos distraiga.
Nada de liviandades: una bitácora que encontré en Cisne Negro. Hago publicidad, porque me gusta, sin más.
Hace 1 semana
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