domingo, noviembre 06, 2005

Wallace y Gromit son dos personajes por los que siento una particular debilidad, desde que hace ya años (muchos ya, por desgracia: me hago mayor) ví por primera vez una de sus historias de media horita. Quizás todo se deba a que me crié viendo animaciones fotograma a fotograma, producciones venidas de la Europa del Este, que acababan con un cartelito que ponía Kónieck. Igual por éso me embelesan los detalles con los que cada decorado está hecho (no falta ni una bolsita de té, ni un botón), la gracia de una ambientación puramente inglesa y puramente surreal (donde los perros conducen furgonetas y tejen jerséis, o se sacan un monedero de abuelita de vete tú a saber dónde).

En fin, la nueva película de Wallace y Gromit es un largo, que se titula "La maldición de las verduras" (no se parece mucho al título en inglés, ejem), y tiene un argumento rocambolesco y divertidísimo. Los protagonistas, como siempre, son un inventor y su perro (su ayudante y amigo, además del que lleva el cerebro de los dos), que tienen una empresa de seguridad que protege los huertos del vecindario de plagas, concretamente, de conejos devoradores de verduras, capturándolos y encerrándolos. Todo ello es de vital importancia para el pueblo, ya que se acerca el famoso Concurso de Verduras Gigantes, en el que todos tienen puestas sus esperanzas: hasta el propio Gromit cultiva con amor un calabacín desproporcionado, protegido por alarmas y cerraduras. Hasta que un gigantesco conejo empieza a hacer estragos en los huertos...

No es una película específicamente para niños, y tiene suficiente acción para mantener entretenido a cualquiera, además de un sentido del humor muy visual, chistes cinematográficos incluídos. Así que la recomiendo para todo el mundo (con entusiasmo, como es mi costumbre)

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