miércoles, diciembre 19, 2007

Me voy unos días a un pueblecito, sin dvd ni internet. Y me llevo el Heike Monogatari, que es el libro más gordo que tengo en casa.
Felices Fiestas a todos.

domingo, diciembre 16, 2007

Voy a continuar con una idea que empecé el año pasado, compartiendo mis películas clásicas para estas fechas: buenas y apropiadas películas, cuya recomendación sigo suscribiendo. Pero, además voy a dar algunas ideas, con la misma finalidad: pasarlo lo mejor posible, huyendo de la oferta televisiva. Aún recuerdo cuando la programación se adecuaba al momento del año, y durante las vacaciones escolares nos ponían dibujos y películas de aventuras: aquello acabó.
Así que, aquí van algunas películas que me gustan, que nunca aparecerán en listados de obras maestras absolutas (ni falta que hace, por otra parte), pero excelentes para pasar un buen rato; cine sin más pretensión que divertir.

1) La pantera rosa, 1963, y sus excelentes secuelas El regreso de la pantera rosa, 1975 y La pantera rosa ataca de nuevo, 1976, una trilogía de lo más estupendo, con la que reírse. Seguro que ya he hablado de ellas, y me estoy repitiendo, pero igualmente son muy divertidas. Pocas veces se encuentran secuelas que estén a la altura de la película original, pero éstas lo consiguen.

2) La carrera del siglo, 1965, otra película de enredos absurdos, dirigida, como las anteriores, por Blake Edwards. Con parodias de las clásicas películas de aventuras, incluyendo una del Prisionero de Zenda a cargo de Jack Lemmon, que parece poseído de espíritu de cine mudo. Sólo por ver a ese malvado de opereta, que interpreta Jack Lemmon, con su ayudante, Peter Falk, vale la pena (junto con una batalla de tartas desternillante). Tony Curtis como impecable galán de sonrisa brillante, enfrentado a Natalie Wood, una reportera sufragista, son los protagonistas.

3) Cómo robar un millón de dólares 1966. Comedia de robos y enredos, frívola y encantadora, entre palacetes y el Ritz de París. Con el romance de esa pareja tan elegante que hacen Audrey Hepburn y Peter O'Toole. Ella es fantástica. Siempre.

4) Operación Pacífico, 1959, otra comedia ligera, ligerísima, que pone una sonrisita en cualquiera que no tenga una patata por corazón. Cary Grant, qué más puedo decir. Vaya, y también dirigida por Blake Edwards.

5) Robin Hood, (1973), para que no falten dibujos animados de los clásicos (pero no tanto). Me hace muchísima gracia esta versión con animalitos del mítico personaje, y además, hay pocas canciones, lo que aún me gusta más. Todas mis valoraciones son subjetivas, pero mucho más ésta, así que tómenla en su justa medida.

viernes, diciembre 07, 2007

1) Importante aviso de intendencia: gracias a Apostillas, bitácora útil de muchas maneras, por la receta para conseguir que todo el mundo pueda dejar su comentario, y no sólo los usuarios de blogger. Para poder saltarse esta nueva limitación a la libre circulación de los comentadores, las instrucciones aquí mismo.
No sé a qué esperan, háganlo ya. Resumen para los vagos: entren en blogger in draft y cambien la configuración de los comentarios allí, para permitir el uso a todo el mundo, incluído open id.

2) He leído un comentario muy bueno sobre la película La brújula dorada, titulado (con mucho acierto, creo yo) La brújula de la verdad: ha sido en El diario de Mr. McGuffin.
Me apetece ver la película, pero, al mismo tiempo, estoy reticente: al fin, iré al cine, y arrostraré las consecuencias (espero sobrevivir a las jaurías de adolescentes, y demás fauna del centro comercial)

3) Otra película que seguramente iré a ver, es la adaptación de la novela Los crímenes de Oxford, de Guillermo Martínez. Una novela de supuesto tema detectivesco, aunque, como de costumbre, es sólo una excusa para atraer nuestra atención mientras nos exponen algunos dilemas matemáticos y de otro tipo.
El blog del director se llama Blasfemando en el vórtice del universo y es un ejemplo de cordura y sutileza intelectual (lo digo completamente en serio), además de que se trata de mi director de cine, español, vivo y de Bilbao, favorito.

jueves, diciembre 06, 2007

Cinco años escribiendo aquí, a través de mudanzas, cambios, abandonos y desganas superadas, con una media de (quizás, con suerte) diez o doce lectores, bienvenidos sean. Reconozco que no soy constante, que escribo cuando me apetece (y sólo entonces), que me complace adoptar una postura frívola, recrearme en lo que me divierte, ignorando lo demás (ah, tengo la profundidad de un charco). Sí, y a pesar de todo, he resistido cinco años: el mérito es más bien de los que me han soportado tanto tiempo. Mi más gentil homenaje en este cumpleaños.

Como no tengo foto de ninguna tarta, les dedico ésta de un plato de langostinos que preparé el sábado pasado. Es más marinero, y, voto a bríos, bien buenos que estaban.



Así fueron los comienzos.
El primer aniversario. Segundo. Tercero. Y el cuarto.

domingo, diciembre 02, 2007

1) Los sábados compro dos periódicos: tres euros me dejo en el quiosco (también compro el pan). La culpa de este incremento en el gasto la tiene mi poca conformidad con el suplemento cultural que habitualmente leía (muy desvaído). No he sustituído un periódico por otro, simplemente he ampliado mi repertorio, en busca de algo más. Para una persona tan aficionada a la repetición de rutinas como yo, esta variación es importante, casi radical. Significa que cada vez tolero peor esos ángulos ciegos que produce leer sólo un lado de las cosas. Y que me he acostumbrado a internet.

2) Las ovejas de Glennkill, de Leonie Swann, es un buen entretenimiento para los que gustamos de la novela detectivesca de estilo whodunit, que es un género nada agotado si se cuenta con un punto de vista original. El hilo de la historia sigue siendo "quién mató a George", pero es una excusa: lo que importa es el retrato de un lugar, un ambiente, un rebaño.
Una reseña en P. Jorge que puede animarles a leer este libro: conmigo funcionó.

domingo, noviembre 25, 2007

Puede que, por una vez, tenga algo que agradecer a la publicidad previa de una película. Porque, sin esos carteles de una niña montada en un oso polar, con esa evocadora Brújula Dorada en el título, puede que no se me hubiese antojado leer los libros de esta saga. A veces, una imagen ilumina los rincones donde ha caído una referencia, una información recibida, como si un foco de luz hiciese resaltar lo que hasta ese momento estaba en segundo plano. Llevaba un buen tiempo recibiendo críticas, comentarios, sobre el señor Pullman y su Materia Oscura, y estaba pasando de largo, hasta ahora.
Unos libros que me he tragado de un tirón (el primero en una tarde-noche, hasta acostarme de madrugada, aún llena la cabeza de peligros bajo las luces del norte). He vuelto a entusiasmarme, no con la aceptación total de los primeros amores literarios, que rechazan cualquier crítica (supongo que porque mi edad me dispensa de esa ceguera). Pero sí emocionándome en el calor de la aventura, sin dejar la fría consideración de las cualidades narrativas. En este equilibrio se encuentra la virtud, ya que sin peripecias e intrigas que nos interesen no hay nada, igual que están destinadas al olvido las aventuras sin un sentido y un fondo (y no me refiero a las lecciones moralizantes que algunos autores injertan en la literatura llamada juvenil, esperando que los lectores se traguen lo que es claramente un engendro).

Luces del norte empieza con la pequeña Lyra y su daimonion escondiéndose tras una butaca en una sala donde no deberían estar, escuchando y viendo reuniones de adultos, donde surje el eco del lejano norte como territorio de exploración, de aventura, de sucesos trascendentes. Un modo clásico de inyectarnos la curiosidad en el cuerpo: es difícil no querer enterarse de más sobre daimonions y Auroras Boreales, saber qué sucederá a continuación en el Jordan College de Oxford, donde Lyra vive como una huérfana adoptada por la institución, yendo y viniendo en una vida lo más libre posible. Aparecen en escena los siniestros Zampones, un rumor sobre ladrones de niños, apenas creído por nadie, una sombra que señala al norte donde desaparecen los niños robados. Y la fascinante señora Coulter, toda seducción y buenas maneras, o éso parece. Y el aletiómetro, esa extraña brújula que es entregada a Lyra como un tesoro. Y los giptanos en sus barcazas, con su gran rey y su más grande sabio, Farder Coram. Y el oso acorazado, Iorek Byrnison, un fenómeno de fuerza, terrible como enemigo, que siempre cumple su palabra. Y las brujas, y un globo aerostático, y viajes en trineo. Y mucho más que no puedo contar, porque ya es demasiado desvelar de una historia que debe conocerse según quiso el autor, y no seré yo quien la reviente más de lo necesario: sólo quiero transmitir el encantamiento de leer una aventura.

Algunas reseñas:
- una crítica literaria
- dentro del género de fantasía
- en la Wikipedia, ojo, con detalles de la trama.

martes, noviembre 13, 2007

Un lector habitual que no encuentra qué leer, vagabundea por las bibliotecas, por las librerías, igual que un perro sin dueño se acerca, renuente, a husmear las rodilleras del pantalón de algún desconocido. Qué buscamos entonces, en qué libro acabaremos encallando después de estar a la deriva, es difícil saberlo. Un color en la portada, la promesa de repetir viejos sabores, la desesperación por leer ya cualquier cosa, por echar mano de los clásicos que nunca nos defraudan, de nuevo.
En resumen, fatigar anaqueles, que dicen los pedantes.

miércoles, noviembre 07, 2007

Me he apuntado al Evento Blog, que se celebrará en Sevilla el 23, 24 y 25 de noviembre. Al menos estaré allí el sábado, así que, los que quieran ponerse en contacto conmigo, den señales de vida en comentarios, mensajes o como tengan por oportuno. Será un placer saludarles, si hay ocasión.

Martin Rees, astrónomo real inglés, cree que hay muchos universos, quizás un número infinito, cada uno con atributos distintos, en combinaciones distintas, y que nosotros simplemente vivimos en uno que combina las cosas de manera tal que nos permite existir en él. Establece una analogía con una tienda de ropa muy grande: "Si hay grandes existencias de ropa, no te soprende encontrar un traje que te valga. Si hay muchos universos, regidos cada uno de ellos por un conjunto de números distintos, habrá uno en el que exista un conjunto determinado de números apropiados para la vida. Nosotros estamos en ése"
...
En un dibujo a escala del sistema solar, con la Tierra reducida al diámetro aproximado de un guisante, Júpiter estaría a 300 metros de distancia y Plutón a 2,5 kilómetros -y sería del tamaño similar al de una bacteria, así que de todos modos no podrías verlo-. A la misma escala, Próxima Centauri, que es la estrella que nos queda más cerca, estaría a 16.000 kilómetros de distancia. Aunque lo redujeses todo de tamaño hasta el punto en que Júpiter fuese tan pequeño como el punto final de esta frase y Plutón no mayor que una molécula, Plutón seguiría quedando a 10 metros de distancia.


Una breve historia de casi todo, Bill Bryson
leído gracias a una recomendación perfectamente justificada, en Fogonazos: Diez enseñanzas del señor Bryson

jueves, noviembre 01, 2007

El enigma de París, de Pablo de Santis, una novela de homenaje al clásico género detectivesco, a modo de pastiche, con su correspondientes intrigas y asesinatos, en el París de la Exposición Universal, con la torre Eiffel en obras aún. Pero también una historia de iniciación de un joven, que se encuentra con sus admirados Doce Detectives (y sus correspondientes asistentes o adláteres) y, por supuesto, un divertimento que evoca con nostalgia un mundo iluminado por faroles de gas, cuando la electricidad era una recién llegada.
Esta es una novela entretenidísima, bien escrita, eficaz, y me ha gustado especialmente. Claro que, tratándose de detectives, soy un público fácil.
Un fragmento:
Pensé que no hay en la vida mayor gloria que hacer del propio nombre un salvoconducto capaz de abrir puertas y comprar voluntades. Bajé al salón con la alegría que deben sentir los conspiradores ante cada secreto, ante cada símbolo que les señala que están fuera de las cosas triviales de la vida.

Algunas otras opiniones sobre el libro, por Liniers y una reseña debidamente hecha aquí, por ejemplo.

domingo, octubre 28, 2007

He ido al cine a ver Un funeral de muerte, esperando una de esas comedias costumbristas inglesas con un toque de humor negro. Considerando la escasez de este género de películas, vale la pena verla, y Alan Tudyk está muy gracioso (en la serie Firefly se veía su talento de comediante). No es una obra cumbre, no pasa de tener un par de buenos golpes de absurdo y disparate, y creo que le falta alguna carga de profundidad dirigida a la hipocresía, a las relaciones sociales, algo más de esa burla satírica que hace grande una comedia, que le da fundamento. Pero sigue siendo un entretenimiento aceptable.

Tampoco ayudó a que disfrutase de la película la jauría de jovencitas en la sala, y es una más de las razones por las que voy poco al cine: si tengo que ir al mini centro comercial de la ciudad, porque no hay más salas, y tengo que aguantar las condiciones y la oferta miserable, prefiero limitarme a ver películas en el sofá de mi casa, donde la cartelera ofrece más opciones. Y espero que sea la última vez que tropiezo en esta piedra.

Es buen momento para recordar algunas otras películas, como El jardin de la alegría (Saving Grace, 2000), o Despertando a Ned (Waking Ned, 1998), de un estilo similar, que me hicieron reír bastante más. Y, por supuesto, en una categoría muy superior, algunos clásicos del cine inglés, que puede que fueran fuente de inspiración para esta película, como Whisky Galore! (1949) titulada en español Whisky a gogó, una comedia con un encanto que es imposible no añorar.

domingo, octubre 21, 2007

Dos errores en el flamante El País Semanal, que me han amargado la lectura. Primero, bisagra escrito con "v" (p. 45). Segundo, un comentario sobre "la princesa Genji, la heroína de la primera novela de Japón, La historia de la princesa Genji (1007), de Murasaki Shikibu" (p. 126). Se refiere a La novela de Genji, o La historia de Genji, cuya autora es Murasaki, sí, pero que narra la vida y romances del príncipe Genji. Un error que puede atribuirse al descuido, a un trabajo de documentación deficiente, porque comprobar un nombre, un título, me parece elemental (hubiera sido suficiente una consulta en un buscador de internet, un minuto).
Pero parece que es un signo de los tiempos el ver cada vez más frecuentemente faltas en la ortografía y en la sintaxis, y faltas de rigor en general, sin que nadie proteste (y los que lo hacen son tenidos por inquisidores y aguafiestas).
Otro error que veo extenderse por todas partes, es el uso del plural de "hubo" (me niego a escribirlo) en su forma impersonal: por favor, siempre se usa "hubo", sea "hubo mucha gente" o "hubo muchas personas". La otra forma plural que he visto por ahí, simplemente no tiene sentido.
Y ahora pueden acusarme de talibanismo ortográfico (una expresión que no deja de tener gracia).

sábado, octubre 20, 2007

1) He acabado de leer El caso Jane Eyre, de Jasper Fforde, un libro sobre detectives literarios en una Inglaterra alternativa, con dodos clonados como animales de compañía, brechas temporales, dirigibles, y otros detalles un poco steampunk. Entretenida, aunque exige algunas lecturas previas: si no sabes ni quién es Jane Eyre (ni siquiera por una adaptación televisiva o algo así), te vas a perder buena parte de la gracia. Tampoco hace falta ser entusiasta de Jane Eyre para divertirse con su Caso: es divertido y escrito con ingenio.
Evidentemente, si la literatura no te interesa en absoluto, no vas a leer un libro con este título (ni probablemente ningún otro), pero todos los demás seguro que disfrutarán con esta Inglaterra donde la autoría de las obras de Shakespeare es motivo de polémica entre verdaderas sectas y se puede sobornar con una página de poesía. Además, la protagonista se llama Jueves, Thursday Next.

2) Y luego, unos capítulos de Doctor Who del 2006, que, casualmente, transcurren en un universo paralelo, de nuevo en una Inglaterra con dirigibles (aunque más ominosa). Esta serie cada vez me gusta más, y lo encuentro normal, porque un montón de cómics, historias, series que he seguido con entusiasmo en mi vida llevaban consigo la herencia de las series clásicas, el rastro de aquella originalidad (a todo ésto, en las teles autonómicas emitieron alguna de aquellas series, allá por los ochenta: tengo en la memoria un Doctor Who de larga bufanda, el cuarto debía ser). Así que ver esta serie es como volver a los orígenes de lo que nos gusta en la ficción, unos orígenes renovados y actualizados, pero genuinos.
No puedo evitar esta sensación, cada capítulo consigue hacerme sentir que todo lo que sucede es perfectamente razonable, incluso me resulta familiar y cercano: quizás el gran encanto de la ciencia ficción de calidad sea que nos hace sentir en casa.
Y podría seguir parloteando de las maravillas de esta serie, de su poder dramático, de su hábil combinación de terror, desasosiego y comedia, de la personalidad frívolamente terrible del Doctor, de cómo un protagonista puede tener no ya zonas grises, sino negras, negrísimas, y no hacerse odioso. Pero mejor me remito a un comentario favorable y muy bien escrito, y a un sabio consejo de un seguidor.

jueves, octubre 11, 2007

Mientras volvemos, unos minutos musicales: con todos ustedes, la banda sonora del mes que me he tirado rodando por ahí:

1) en Llámame Lola, que es un sitio estupendo para ver imágenes en movimiento, sacaron una referencia al Cuarteto de Nos. En cuanto ví el vídeo (varias veces), quedó la canción ya definitivamente incorporada a mi repertorio de tarareos obsesivos. El resto del disco se lo buscan por ahí, como hice yo. Y luego lo compran (o no).

2) desde Katarsis, una selección de ska, lista para escuchar, un regalo. Algunos temas golpean con desconsiderada nostalgia, pero se pasa bailando.

domingo, septiembre 09, 2007

I am:
Philip K. Dick
The brilliant yet trashy master of the reality warp always left you unsure of what was real, but never forgot compassion.


Which science fiction writer are you?



Test visto en Luiyología, hace un tiempo, con el que me despido: me voy de vacaciones.

viernes, agosto 24, 2007

1) Los años perdidos de Sherlock Holmes, de Jamyang Norbu. Pastiche tal como debe ser, mezcla de dos autores por los que siento un entusiasmo adolescente, Conan Doyle y Kipling. Es necesario haberse leído un par de veces Kim, y acaso algunas más El Canon, para disfrutar y complacerse en la lectura, sólo entonces nos regocijaremos al leer una frase como "Elemental, querido Hurree". Evidentemente destinado a los que tienen alma de Irregulares.

Un fragmento a propósito:
La etimología de la palabra "entusiasmo" se remonta a la palabra griega enthousia, que significa estar poseído por un dios o un demonio. Pero nunca me había dado cuenta hasta hoy hasta qué punto la palabra ha mantenido su sentido original

2) he recuperado mi cámara de fotos, y he aprovechado para retratar a un joven admirador de Madariaga, un personaje más de Liniers, gran dibujante

martes, agosto 14, 2007

Porqué no estoy de acuerdo con los famosos 2500 euros por cada nacimiento/adopción.
(como persona no afectada directamente)

1) no hay constancia de que ese dinero vaya a favorecer la natalidad (e incluso no hay constancia de que una natalidad elevada sea beneficiosa para un país): no creo que se pueda sobornar con un dinerito a los indecisos para que se animen.

2) no hay constancia de que ese dinero vaya a repercutir en beneficio directo del recién nacido/adoptado: puede que los padres lo usen para saldar deudas, renovar el mobiliario, lo gasten en pañales o simplemente se lo fundan en las necesidades cotidianas. Y luego, acabado el dinero, su situación general seguirá poco más o menos igual: 2500 euros no marcan diferencia a largo plazo en todos los gastos que conlleva un niño, año tras año. Es un parchecito, a lo más.

3) va en contra de la justicia social darle dinero por igual al que lo necesita y al que anda sobrado: mejor sería gastar todo ese importe de muchos millones en subvencionar guarderías, por ejemplo, para las familias con rentas bajas (y no me vengan con el cuento de que luego se llevan siempre la plaza de guardería los inmigrantes: paguémosles sueldos mejores y entonces no tendrán el "privilegio" de obtener esa asistencia para rentas bajas)

4) continuación de lo anterior, ¿no sería mejor gastar esa millonada en equipamientos o inversiones para favorecer que los niños que YA han nacido gocen de buenos servicios?, ¿a qué viene dar dinero por los niños que nazcan desde ahora, ignorando a los que ya andan necesitando pediatras, escuelas, vacunas y todo lo demás?

5) finalmente, ¿y los viejos?, ¿y sus cuidadores?, ¿y los enfermos crónicos?, ¿qué hay de toda la demás gente que también necesita servicios y asistencia?, ¿han quedado olvidados después de hacer sus peticiones, obligados a esperar la ayuda que se retrasa tanto que igual ya ni se necesita cuando llegue?, ¿qué pasa, que son feos y no venden bien, deprimen al público en vez de dar buena publicidad?

viernes, agosto 10, 2007

ventajas del viajar:
1) pasearse por un lugar nuevo, como jugando a qué haríamos si viviésemos allí, eligiendo el bar perfecto donde desayunar, la tienda donde comprar viandas, la ventana de esa casa desde la que mirar la ciudad.
2) gentes diferentes, acentos distintos, comida variada, todo nuevo: cada mañana se afronta el día con la esperanza de toparse con mundos y maravillas
3) volver a casa y mirarla con ojos amorosos: qué bueno es volver.

desventajas del viajar:
1) calor, cansancio, pies doloridos que se arrastran en busca de un refugio acogedor donde dejarse caer y no moverse en mucho, mucho tiempo
2) el desagrado de la repetición, una y otra vez, de los mismos tópicos (los fritos gustan, pero hartan)
3) la incomodidad, las señales de tráfico confusas que te hacen perderte, la falta de preparación para recibir a viajeros y turistas; los pueblos donde cierran la oficina de turismo los fines de semana, o la única entrada está en obras, o no hay donde comer y son las dos de la tarde.

sábado, julio 21, 2007

Unas notificaciones:

1) he dejado un desahogo en el otro lado

2) el día tres de agosto, y siguientes, estaré en Cádiz y alrededores. Y que los dioses me asistan, que ya sé que es temporada alta.
Por si no los conocen y para recordatorio de los que sí:

1) Librería Estudio en Escarlata, en la que, por desgracia, nunca he estado, pero me contaron que me encantaría. Disfrutar de un lugar por persona interpuesta crea muchas expectativas, la verdad

2) De Libro de Notas he pescado el enlace a una página sobre Sherlock Holmes. Se une a mi listado de páginas sherlockianas, que encabeza Eureka, dijo Sherlock, por orden de antigüedad (creo que fue la primera página que enlacé, allá por diciembre de 2002, y el caer en la cuenta de que ha pasado un largo rato, también revela que conservamos el gusto por el Gran Detective: por suerte hay cosas que no cambian)

jueves, julio 12, 2007

Calma chicha.

La tripulación de este barco parece sólo deseosa de tumbarse en una hamaca, beber cerveza y caer en estado catatónico cuanto antes. La pereza asfixia cualquier iniciativa (más bien es el calor).

Ante ésta situación, el balance es el que sigue:

1. leído El economista camuflado, de Tim Harford: parcialmente aceptable, dentro de la divulgación ligera, pero con puntos de vista, a veces, sectarios y partidistas (tampoco está mal que se moje defendiendo lo que cree, pero no que lo muestre como verdad absoluta)

2. leyendo El espejismo de Dios, de Richard Dawkins, de momento, entretenido, aunque algo obvio.

3. por leer Los años perdidos de Sherlock Holmes de Jamyang Norbu, que tiene una pinta apetecible y además es de un tamaño perfecto para llevarlo a la playa. Espero que me depare reminiscencias de Kipling, y aventuras con el Gran Detective.

viernes, junio 22, 2007

La bruja de los vientos exóticos, un artículo sobre un barco, el famoso Cutty Sark, que despierta ecos de aventura en alta mar y quizás despierte también ganas de leer a Conrad, por ejemplo.

Pero aún nos queda por andar un largo camino hasta que podamos comprender de nuevo a Dickens. El camino sigue una caprichosa vereda inglesa, una de esas veredas llenas de revueltas por donde pasa Mr. Pickwick. Pero al menos una parte de la lección de Dickens es que la camaradería y la seria alegría no son intermedios en nuestras jornadas; que más bien nuestras jornadas son intermedios en la camaradería y la alegría, las cuales, a través de Dios, han de durar para siempre. La posada no lleva al camino: es el camino el que conduce a la posada. Y todos los caminos llevan a una última posada, donde hemos de reunirnos con Dickens y todos sus personajes, y cuando juntos bebamos de nuevo, será el vino de las grandes garrafas de la taberna del fin del mundo

Capítulo XII. Nota sobre el futuro de Dickens.
Charles Dickens, de G. K. Chesterton. Traducción de Emilio Gómez Orbaneja (editorial pre-textos)
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Así termina este ensayo. Dan ganas de gritar "aleluya" y salir a echar un trago. Hay momentos en que la exaltación chestertoniana pueden compartirla hasta los ateos recalcitrantes, y quizás también ayude que hoy es el primer viernes del verano.

sábado, junio 09, 2007

De compras, recordando el Diccionario del Diablo:

- muy ponible: significa que la prenda existe, tiene alguna tela, así como patas o mangas, y demás elementos que permiten llevarla encima, pero resulta no tener utilidad conocida.

- súperoriginal: que todos los que pretender ser Modernos, Alternativos o Diferentes tienen una. Lo que lleva todo el mundo, vulgar.

- enseguida te acostumbras: dícese de cualquier elemento molesto, fastidioso o difícil que hace casi intolerable llevar puesta la prenda que pretenden venderte. Contrario a la salud y/o comodidad. Dormir en una cama de clavos, por ejemplo.

martes, mayo 22, 2007


Al pueblo no le gusta la mala literatura. Le gusta, sí, literatura de cierto género, y le gusta, aun cuando sea mala, con preferencia a la de otro género, aun cuando ésta sea buena. No veo en ello nada de absurdo; la línea divisora entre diferentes tipos de literatura es tan real como la que separa el llanto de la risa; y decir a gentes que no pueden obtener más que comedias malas, que ponéis a su disposición una tragedia de primer orden, es como ir a ofrecer a uno que tirita bebiendo café caliente un helado de clase indudablemente superior.
Si al público común y corriente le disgustan las exquisiteces modernas, no es porque sean buenas o sean malas, sino porque es otra cosa lo que apetece. Si a estas gentes hacinadas en calles imposibles y hambrientas de aventura y secretos violentos les vamos a preguntar qué prefieren, una buena novela policíaca como
Estudio en escarlata, o la Autobiografía de Mark Rutherford, que es un excelente monólogo psicológico, indudablemente se pronunciarán por la novela. Pero no a causa de que la Autobiografía sea un excelente monólogo, sino porque, con toda evidencia, es una mala historia de detectives...

Capítulo V. La Gran Popularidad.
Charles Dickens, de G. K. Chesterton. Traducción de Emilio Gómez Orbaneja (editorial pre-textos)

miércoles, mayo 16, 2007

Lugares comunes.
(esas afirmaciones rotundas, que no se basan en más pruebas que la opinión generalizada, y cuya diaria repetición llega a irritar ya)

1) Vivienda. Si pagas un alquiler, al final no tienes nada (en cambio, pagar una hipoteca te convierte en propietario).
En ambos casos se consigue lo mismo: tener un techo sobre tu cabeza. En ambos casos el propietario es otro. La esperanza de que ese pisito donde vives sea finalmente tuyo, cuando te jubiles, es el cebo en el anzuelo de tu banco. No sólo tienen tu piso, te tienen a tí.
Y que alguien me demuestre, con números, esa gran ventaja de la compra sobre el alquiler. Hechos, por favor.

2) Natalidad. Si no crece, no habrá quien pague nuestras pensiones.
Hacer extrapolaciones para dentro de treinta años considerando que la situación va a permanecer inmutable me parece sin sentido. Además, plantearse tener hijos para que te paguen la pensión me parece una finalidad absurda (y mezquina) para la reproducción humana.

Y una natalidad baja es algo malo, malísimo
¿Por qué? ¿Acaso se necesita mano de obra masiva para segar el trigo o como carne de cañón para el ejército?
Y luego dicen que hay atascos.

3) Otras afirmaciones que, directamente, no entiendo cómo pueden justificarse: una máquina con ruedas te da libertad, los extranjeros vienen a quitarnos el trabajo, los funcionarios sí que viven bien, las mujeres tienen instinto maternal, los maestros tienen tres meses de vacaciones...
Y la luna está hecha de queso, aunque hay discusión aún sobre si es gouda o roquefort. Claro que sí.

domingo, mayo 06, 2007

1) El forastero cuenta de la nueva temporada de Buffy en cómic (la octava), y yo estoy deseando verla por aquí. Hay que ver lo que cuesta despedirse de algunas series cuando se acaban; no se pierde del todo la esperanza de ver una continuación, un reenganche, lo que sea con tal de ver a los personajes de nuevo en acción, otro giro más en la vieja historia. Hay cierta melancolía en añorar una serie lo bastante como para seguirla incluso más allá de su muerte televisiva.

2) De entre las historietas más punzantes y también más tiernas y surreales: Liniers es Grande y éstas son de mis favoritas de todos los tiempos.
(y los libros se venden también en España)

3) Y Alberto Montt, es Igualmente Grande, con su dibujo redondeado y con caracolillos, sarcástico en ocasiones. Creo que lo descubrí en Carpe Diem, que está en todo. Me gusta mucho esta viñeta, no se la pierdan.

4) Mi dentista me comenta sobre el excelente material de la nueva funda que me ha puesto en una muela, que probablemente me dure toda la vida... y más aún. Y yo le respondo que quedará de mí, tras la incineración, un montón de cenizas y La Muela. Me informa de que en Japón ya prohíben incinerar a quienes tengan fundas de metal en los dientes (tóxico para el ambiente) y continuamos la conversación sobre temperaturas de fusión. Suelo salir de buen humor del dentista, a pesar de la inevitable factura, y creo que todo se debe a la charla, un arte al que no se le suele dar importancia (y es vital).

viernes, abril 27, 2007

1) Saltando de canal en canal, intentando ver algo en la tele (cosa rara en mí), suelto una exclamación: ¡Vaya porquería que echan en todas las páginas!!
Recibo una mirada de perplejidad de los presentes (mi consorte), seguida de ovación al lapsus friqui de la temporada.

2) Doctor Who es una serie tan divertida como comentaba P.Jorge, y éso que sólo estoy empezando a seguirla. Todo lo que sucede es surreal, y el Doctor se desenvuelve con despreocupada melancolía, de ahora en ahora, siempre misterioso y paradójico. Me ha enganchado, aleluya.

3) A falta de algo mejor, mientras me envían El caso Jane Eyre de Jasper Fforde, estoy releyendo a Defoe. Historia general de los robos y asesinatos de los más famosos piratas, una lectura excelente para irse a dormir y tener lindos sueños (justo lo que necesito, porque estoy estudiando áridas materias, que me estragan la imaginación)

domingo, abril 22, 2007

A veces estoy aquí
Paul Valéry
Salmo T., de "El cementerio marino"

" El más escéptico de todos
es el Tiempo,
que con los Noes hace Síes
y con el odio amor
y al contrario.
Y si el río no remonta su fuente,
y si la manzana caída no salta
y se reúne a su rama
es porque te falta paciencia para creerlo. "

jueves, abril 05, 2007

1) Abandono la lectura de novelas. Ni siquiera puedo con Arthur & George de Julian Barnes, que no es exactamente ficción. Sólo soy capaz de leer ensayos o cómic (o releer viejas novelas y, aún éso, con cierto desapego).

2) "Brontosaurus" y la nalga del ministro y El pulgar del panda, de Stephen Jay Gould, me gustarían más si estuviesen mejor traducidas. Hay frases que no sólo no son español, es que son un sinsentido (en varios idiomas).

3) Desánimo total en el seguimiento de series que hace poco me gustaban. Vuelvo mi escéptica mirada hacia unos capítulos de Dr. Who, recién obtenidos, esperando que me devuelvan al mundo de los enganchados.

4) Me he quedado sin internet unos días, y no ha sido el apocalipsis (como dirían en Buffy, "el fin del mundo, ¿otra vez?")

5) tengo que ir a una boda y he comprado ropa convencional (relativamente) para el evento. Ésto sí que es extraño.

domingo, marzo 25, 2007

Escuchado (que no simplemente oído) en la tele, en la noticia sobre los actos de conmemoración de la abolición del comercio de esclavos: las personas salieron de África "para ejercer la esclavitud". Como si fuese una profesión, un oficio, una ocupación. Si no fuese tan serio, me reiría.

Entre ésto (una gota en un mar de despropósitos), y los anuncios de coches con Cortázar de fondo, estoy perdiendo las pocas ganas de ver la tele. De comprarme un coche, ni hablamos, claro.

jueves, marzo 15, 2007

Estoy viendo, por un consejo que leí aquí, la serie de Los Simuladores, pero la argentina, la original y genuina, oigan. A mí me pareció bastante bien la adaptación española, según la fuí viendo en la tv, sin saber que era tal adaptación: tenía un aire atrevido, ambicioso, de meterse a hacer historias con cierto temple, y poner una fotografía y una iluminación decente de una vez (porque en muchas series españolas se ve la misma luz sea mañana o noche, exterior o interior, ni una sombra; y el color bien saturado). Bueno, pues de la serie argentina, efectivamente, es de donde salieron las ideas y el ingenio en las tramas, que son calcadas. Pero tiene un punto extra a favor (en mi opinión es determinante), y es que donde la serie española se detenía, ésta sigue y le da otra vueltita de tuerca: no se para en la corrección, es más crítica socialmente, más incisiva, se moja más. Y una cosa que se agradece: sale gente de clase baja, humilde, incluso pobretona, sin estar retratada como en un sainete. Sin saber muchísimo de la sociedad argentina, creo que sabemos lo bastante por aquí, como para apreciar el realismo de la ambientación y disfrutar del atrevimiento de la apuesta (por momentos, delirante). Es una cosa estupenda, además, el sentido del humor, a veces tierno, a veces negrísimo, que gastan.

domingo, marzo 04, 2007

He tardado casi justamente un año, desde que empecé: Felicítenme, puedo conducir: tengo un papelito y una L verde que lo demuestran, jé.

sábado, febrero 24, 2007

Dicen acerca de la ciudad de Brierfield


Mordor, the evil town in The Lord of the Rings, was reportedly based on the town of Brierfield. JRR Tolkien would often visit the neighbouring town of Fence, where there is a clear ariel view of Brierfield. At the time he was writing the book, Brierfield would have been covered by a large amount of thick, black smoke coming from the factory chimnies. He realised that this was how he envisaged Mordor, and therefore based it on Brierfield.


Algo así:
"Mordor, la malvada ciudad de "El Señor de los Anillos", se basó, según se dice, en la ciudad de Brierfield. JRR Tolkien solía visitar a menudo la vecina ciudad de Fence, desde donde hay una buena vista de Brierfield. En la época en que el autor estaba escribiendo su libro, Brierfield solía estar cubierta por una buena cantidad de humo negro y espeso, procedente de las chimeneas de las fábricas. Se dió cuenta de que así era como se había imaginado Mordor, y, de esta manera, lo basó en Brierfield".

Mordor no es una ciudad, claro está, y me pregunto si hay una competición entre ciudades de la antigua Inglaterra industrial para ver en cuál de ellas se basó JRR Tolkien para crear esa tierra de Mordor donde se extienden las sombras. Mi personalísima opinión es que debió inspirarle, más bien, para la descripción de la Comarca arrasada: la campiña convertida en aglomeración de ladrillo rojo y chimeneas, los ríos sucios...
Tolkien no rendía culto ante el altar del Progreso, y tenía una visión idílica de la vida rural, y en ésto coincide con algunos escritores contemporáneos suyos: el que más conozco, Chesterton.

martes, febrero 13, 2007

Hay series que se ven por diversión, matarratos de cierta calidad y ya está, y otras series se siguen con devoción, cada capítulo hace que estrujemos los cojines del sofá, y cuando acaba una temporada, la volvemos a ver y nos complacemos en los detalles (compulsivamente). Creo que mi afición a las series de Joss Whedon no se va a agotar tan rápidamente, tengo para rato: para mí, ya son un clásico, y vuelvo a ver capítulos donde el vestuario me parece trasnochado, los efectos especiales patéticos, los actores imberbes, y me parecen geniales, divertidos, ocurrentes, emocionantes. Debe ser la adicción, que anula mis capacidades críticas.

Resulta que, últimamente, me resulta difícil seguir una serie con ese invariable entusiasmo, siquiera durante una temporada entera. El suspense puede ser intenso y la curiosidad creciente, pero empieza a traslucirse el típico truco para enganchar: desvelar los datos con cuentagotas, durante varias temporadas, dilatando eternamente el momento de la Gran Revelación. Y me decepciono: ya sé de qué va el asunto. No tengo la actitud precisa para seguir este tipo de series (por éso renuncio enseguida a seguirlas). Se ve que no me gusta que me dosifiquen la información, no soporto el suspense estirándose como chicle, los misterios que nunca se revelan (ni se revelarán): creo que me hacen correr como un borrico tras una zanahoria atada a un palo, quieren obtener mi atención para una serie que, en el fondo, nunca me da lo que promete.

Así que me encuentro sólo con el fugaz entretenimiento de CSI (Nueva York) y The Closer en la tele, y probando aquí y allá (por otros medios, claro). De entre lo que más atrayente parece: Doctor Who. Creo en las series que plantean premisas fantásticas de partida, me gusta el campo de juego de la ciencia ficción. Y he leído opiniones muy buenas, en Mr MacGuffin, o tan entusiastas como este comentario, que bastaría para despertar interés.

jueves, febrero 01, 2007

You scored as Backup (2.0). You seemed to have changed between the first and second episodes, but you are still our favorite badass doggie!


Which Veronica Mars Character Are You?
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Lo confieso: me gusta ver Veronica Mars.
Más allá del atractivo de una ambientación que me recuerda a la añorada Buffy (aún hay veces que espero que Verónica haga uso de su fuerza sobrenatural para hundir una puerta); más allá del entretenimiento del "quién lo hizo" y el desvelamiento de las falsas apariencias, típicos de la trama detectivesca; lo más interesante, de lejos, de la serie, es el uso de la inteligencia: nada de comportamientos erráticos, nada de hormonas cegando del todo el sentido común, la gente es razonable (incluso en exceso, pero para éso es la ficción).
Me gusta ver cómo los personajes usan sus (retorcidos) cerebros para conseguir sus objetivos, me gusta que los objetivos de cada uno sean coherentes con su personalidad, me gusta ver a gente inteligente, como los protagonistas, sacándole partido a su inteligencia, aunque el triunfo que obtengan sea pírrico (no es ésa la cuestión). Son las mismas razones por las que me encanta La gran evasión, del principio al fin, y especialmente porque el fin no es un azucarillo color de rosa.
La pequeña y dura Verónica, con esa madurez completamente impropia de la edad del personaje, avanza, piensa, aplica sus conocimientos y habilidades y consigue lo que buscaba. Aunque nadie dice que lo que buscaba sea bueno, pero es lo justo desde su punto de vista. Y qué gran personaje es el señor Mars, qué tipo tan lleno de matices, tan sutil en su preocupación por su niña, con un sentido del humor tan irónico en medio de los desastres de su vida; además, tiene algunas de las réplicas más agudas de la serie (y éso es decir mucho).

Acabo de darme cuenta de que, salvando las distancias, son casi las mismas razones por las que me estoy enganchando a The Closer. Y mira que empecé a verla con cierta prevención, y hubo episodios que me parecieron largos y enrevesados, pero es que he acabado teniéndole una enorme simpatía a Brenda, su bolso enorme, y su adicción a los dulces (por más que odie a cualquier persona que sea capaz de mantenerse delgada con semejante dieta). Estoy ensayando para dar las gracias como ella, con esa elaborada naturalidad sureña. Temible.

domingo, enero 28, 2007

Florecían nuevos inventos que a veces no se sabía con exactitud para qué servían. Transcurrieron casi cincuenta años entre la invención de la lata de conservas y la del abrelatas. Durante ese medio siglo, los civiles las abrían valiéndose de escoplo y martillo, mientras que los militares utilizaban sus bayonetas. Hubo que lamentar numerosas desgracias personales, pulgares machacados, falanges amputadas, heridas en las manos, etcétera, pero mereció la pena: el Progreso, como todos los dioses, también exige sacrificios humanos
Manual de literatura para caníbales, de Rafael Reig

Fue el artículo titulado La paradoja del ornitorrinco, el que me provocó leer este libro, que me está entreteniendo y divirtiendo tanto. Caníbal que es una.

viernes, enero 19, 2007

Leer será en el futuro un acto de rebeldía, dice Alberto Manguel en esta entrevista (publicada en El País, el 13 de enero). Ya es un acto bastante inconformista, ahora mismo.
De este autor, he frecuentado Una historia de la lectura, gracias a la constante disponibilidad de este libro en la biblioteca pública: ventajas de vivir en ambiente poco bibliófilo, no hay competencia. Y soy afortunada poseedora de otro libro exquisito, que recomiendo a todos los aficionados a la inútil sabiduría de lo raro, Breve guía de lugares imaginarios

Leer peligrosamente es una recomendación que hace Maruja Torres (EPS del 14 de enero) de otra historia de la lectura, de las lectoras más bien, Las mujeres que leen son peligrosas de Stefan Bollmann. Y tiene muy buena pinta.

domingo, enero 14, 2007

 "You're to be dressed as Thursday, sir," said the valet somewhat affably.

"Dressed as Thursday!" said Syme in meditation. "It doesn't sound a warm costume."

"Oh, yes, sir," said the other eagerly, "the Thursday costume is quite warm, sir. It fastens up to the chin."


The Man Who Was Thursday, G. K. Chesterton.

"-Se vestirá de Jueves, señor--dijo el ayuda de cámara amablemente.
-¡Vestirme de Jueves!--dijo Syme, pensativo. --No parece un traje muy confortable
-Oh, sí, señor,--dijo el otro vehementemente, -el traje de Jueves es confortable, señor. Se abrocha hasta la barbilla"

de El hombre que fue Jueves, G. K. Chesterton. Cap. 14

domingo, enero 07, 2007

 La novela de Genji. Esplendor.
Murasaki Shikibu.
Editorial Destino. Versión, comentarios y notas de Xavier Roca-Ferrer.

Se trata del primer volumen del Genji Monogatari, la "Primera Época" o "Esplendor", que narra la vida del príncipe Genji, su juventud, su destierro y su posterior retorno, y su recuperación de la posición en la corte.

La historia de Genji es una historia de encuentros. Y cada encuentro (especialmente los amorosos), cada conversación conlleva una descripción detallada, empezando por las circunstancias previas, el lugar, el clima, la posición de los participantes, sus expectativas y estados de ánimo. Sobre todo, hay verdadera delectación en la descripción de la ropa, los perfumes y las caligrafías. 
La exhibición de tantas delicadezas, tanto frufrú de sedas, tanto intercambio de poesías y cartas de bellos colores, puede parecer un poco estragante, pero acaba siendo un decorado fantástico, una forma de meterse en la época. Es siempre curioso ver de cuánta complicación pueden recubrirse actos sencillos y cotidianos.
En cuanto a las tramas amorosas, debo decir que me han recordado a Jane Austen, y no sólo por la situación de las mujeres, que se ven reducidas a muy pocas opciones al alcance de su iniciativa. Comparten la misma preocupación por la discrección, por el saber estar, por la posición social, por hacerse con un buen partido (aunque en el caso de Genji, el matrimonio no es una finalidad).
Las intrigas siempre animan una historia, sobre todo si sucede entre tantas cortinas y persianas, y con tan poca luz que muchas veces no se sabe ni con quién se está hablando. La sucesión de mujeres cortejadas es larga, a veces un tanto repetitiva, y parece que esa continua búsqueda sea la única finalidad de la vida de un hombre de clase alta, igual que el intercambiar cartas, tocar el koto, perfumar túnicas y leer poesía sea la única finalidad en la vida de las mujeres. 
Y, sin embargo, he seguido leyendo el libro hasta el final, porque, cruzando todos estas descripciones llenas de sofisticación, hay un pulso firme trazando la historia, dándole aliento a cada diálogo y vida a cada personaje. 
El despliegue de personalidades es lo que me parece que puede ser más atractivo para el lector moderno, sus amores, sus rencores y celos, su encanto o su estupidez.

Genji Monogatari
La Novela de Genji
La Historia de Genji