lunes, junio 30, 2008



He aquí una cadena de azares, según se propone desde este meme discográfico: consiste en componer una portada de un disco imaginario, con estos instrumentos, como si consultásemos en el I Ching:

1º. El nombre del grupo sale de la opción al azar de la wikipedia.
Muy clásico este Mausoleum of Augustus, aunque algo fúnebre.

2º. El título: de aquí, escogiendo las cuatro últimas palabras. Acabo de darme cuenta de que elegí la primera cita, y en las instrucciones decía la última. Bueno, más azaroso aún.
"The older I get, the greater power I seem to have to help the world; I am like a snowball - the further I am rolled, the more I gain". Susan B. Anthony (1820 - 1906)

3º. La imagen procede de flickr, tomando la tercera foto que aparezca, sea lo que sea.
Para mí fue este animalito apodado barcelona Hachiko, con la historia del asunto; siempre es enternecedor un perro que espera.

Y me he apuntado a esta invención, viendo los resultados que muestra Cisne Negro, y también Días Estranhos: discos tan evocadores, que es lástima que no se hayan grabado. Cadáveres exquisitos, qué bellos.

domingo, junio 29, 2008

1) En Sevilla, la calle Zaragoza tiene dos puntos de gran interés para mí: la librería de cómics, y parafernalia relacionada, Nostromo, y la heladería La Fiorentina, donde despachan con amabilidad mi helado favorito del mundo (en este momento al menos, porque el mundo es muy grande e ignoto), de limón con hierbabuena.

2) Hay lugares en el Algarve que, al contemplarlos, me viene a la cabeza la idea de que hay personas que pagarían (y, de hecho, pagan) por estar ahí mismo, donde estoy ahora. Y es un pensamiento poco elevado, pero no me alcanza el orgullo de los privilegiados tan a menudo, oigan.

3) Hay pocos placeres como estar de vacaciones un día laborable, porque todo lo agradable que estamos haciendo se multiplica, porque el cuerpo sabe todo lo que No está haciendo: el cuerpo sabe que no ha madrugado, que no ha estado horas bajo las luces fluorescentes de las oficinas, que no ha estado tensando la espalda y las cervicales, los codos y los hombros, y callándose la boca, para ganarse el panecillo de cada día. El cuerpo lo sabe, y se esponja, y lo agradece. Y yo que, incidentalmente, participo de las bondades de estar viva dentro de este cuerpecito, me alegro mucho.

jueves, junio 19, 2008

continuación...
En cambio, hay otra tradición, en Mankell, en Ian Rankin, la de los policías cansados que caminan bajo la lluvia (o la nieve) con los pies llenos de barro, empapados de soledad, de licores, de comidas grasientas e improvisadas.
Investigaciones donde asoma el horror, que se resuelven casi a fuerza de aburrir las pruebas, de un realismo sin ironía. Y hay un retrato de sociedades desoladas, donde bajo un aparente orden sólo hay hipocresía y sordidez.
No hay humor, ni el brillo de un detalle de vida cotidiana bajo una luz favorable, ni gastronomía, ni calor. Sin dar lecciones, sin moralina extra, simplemente contando lo que hay, grandes escritores, mirando al mar del Norte.

sábado, junio 14, 2008

Existe una cadena, cuyos eslabones se llaman Vázquez Montalbán, Andrea Camilleri, Petros Márkaris, todos ellos mirando al mismo mar de los desengaños, contemplando la misma puñetera naturaleza humana, en la que cabe desde la corruptela como forma de vida, hasta la cocina como arte exquisito. Y siempre hay humor (desde el más agrio del catalán, a la sorna del siciliano, y la socarronería del griego, quizás: es difícil comparar caracteres). Sobre todo, todos estos escritores policíacos son también grandes retratistas sociales, autores de novela realista: no es sólo costumbrismo utilizado como ambientación, más bien es la trama policial utilizada como excusa para contarnos cómo respiran nuestras ciudades, sobre qué lodos hemos asentado el bonito edificio de nuestra forma de vida. Sin dar lecciones, sin moralina extra, simplemente contando lo que hay, grandes escritores, en cabeza el que nos falta (verdadero precursor), de lado a lado del mar Mediterráneo.

miércoles, junio 11, 2008

Confieso que me encantan las papelerías, y toda la parafernalia de escritorio, así que suelo tener un surtido de cuadernos variado. Pero la libreta clave, la esencial, debe ser de un tipo especial. Manejable, flexible, tamaño mediano, que quepa en bolsas y carteras, versátil, resistente. Qué difícil todo ésto, cuántos intentos fallidos cada vez que toca reponer la libretita (las viejas nunca se tiran, ni hablar; se guardan religiosamente)

Y luego están las cosas que se anotan:

1) libros, muchos libros, cómics también; a veces con sus autores y editoriales, otras veces fragmentos del título porque se ignora lo demás y se espera poder reconstruirlo.

2) canciones, oídas en un anuncio, en una radio, en un trozo de película visto al azar; canciones que probablemente no son las que yo creo, pero me proporcionarán mayor alegría aún cuando consiga encontrarlas.

3) frases, consignas, sentencias, en un cartel, en un libro, pintadas en una pared

4) recetas de cocina, la dirección de una librería o un hotel, listas para el equipaje, boletines oficiales, el precio de una camisa

5) búsquedas que me encargan amigos y conocidos que no tienen internet, desde vuelos baratos a libros sobre hadas

martes, junio 03, 2008

1) Sueños y ensoñaciones de una dama de Heian, Dama Sarashina (ediciones Atalanta). La literatura japonesa medieval tiene muchos libros fascinantes, y me parece que éste tiene un tono melancólico muy evocador. También puede ser que sean todos unos lloricas.

2) Continúo viendo la serie británica Hustle, que ya he comentado en otra ocasión. Sigo sosteniendo la misma opinión entusiasta: es divertida y además halagadora, porque te hace sentir que compartes la inteligencia de los personajes.

3) Me han prestado unos discos de Les Luthiers. Nunca los he podido ver en directo, otro vacío más en mis oceánicas carencias. Me resigno con repasar sus discos, compartirlos, y reírme cuando pesco alguna frase suya en una conversación, reconociendo así a otro aficionado.

4) Pendiente de conseguir unos libros de Fred Vargas, Petros Márkaris, Camilleri, para el verano: es casi una tradición (personal) leer novelas policíacas bajo el sol. También en los trenes, pero ésa es otra cuestión.

5) Un artículo que me ha parecido tan bueno que sería criminal perdérselo. Yo creo, se titula. No pierdan más tiempo aquí, y vayan a leerlo, de verdad.